La Comisión Europea prepara un nuevo paquete de medidas extraordinarias para combatir el agravamiento de los ya de por sí elevados precios de la energía como consecuencia del conflicto en Ucrania. Durante esta semana la cotización del gas natural ha vuelto a marcar récords históricos. Ante la dependencia europea del gas ruso -cerca del 40% del suministro de la Unión Europea llega de Rusia-, parece que Bruselas comienza a plantearse el debate sobre el sistema actual de formación de precios de la luz. El alza generalizada de las materias primas como consecuencia del conflicto impulsa aún más una inflación que ya está en máximos desde los años 80.
Después de que la Comisión Europea presentara en octubre una primera Comunicación Toolbox con medidas insuficientes para España, el Gobierno espera con impaciencia el contenido de esta nueva caja de herramientas. En el primer borrador, presentado antes de la invasión de Ucrania, se reconocía la existencia de los llamados "beneficios caídos del cielo" para los operadores como consecuencia de la subida del gas y el sistema de fijación precios marginalistas. Según este sistema, la última tecnología de generación que permite casar oferta y demanda es la que determina lo que cobra el resto, sean cuales sean sus costes.
Las grandes eléctricas defienden este sistema, pero para el Gobierno el modelo ha quedado rebasado por las circunstancias actuales. Durante este año, el gas se ha convertido en la primera fuente de generación energética en España, pasando a tener un peso superior al 23% en la cobertura de la demanda eléctrica, cuando normalmente se sitúa en torno al 10%. Ante estas circunstancias, el Ejecutivo ha prorrogado hasta junio las medidas para contener la subida de la factura eléctrica, pero insiste en que no es suficiente.
"La formación del precio de la electricidad debe desvincularse de la volatilidad de los precios del gas natural en situaciones de emergencia"
Desde hace meses, el Gobierno de España defiende que "la formación del precio de la electricidad debe desvincularse de la volatilidad de los precios del gas natural en situaciones de emergencia" como recordó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, durante el último Consejo de Energía Extraordinario de la UE. Ribera propuso imponer "un límite al precio de la electricidad producida con gas natural y un mecanismo que garantice la posterior recuperación de los costes de los ciclos combinados de gas".
La propuesta cuenta con el apoyo de Italia y Francia desde el pasado otoño, cuando se enfrentó a un fuerte rechazo de los países del norte. Sin embargo, en el contexto actual y tras el primer borrador de la Comisión la modificación del sistema marginalista no parece una idea tan descabellada.