Las sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania están pasando factura a las principales empresas y bancos rusos, los principales objetivos de estas medidas. Algunos bancos se han quedado fuera del sistema de comunicaciones bancario SWIFT y se estima que el bloqueo del capital ruso depositado en otros países ha dejado a Moscú sin acceso a alrededor de la mitad de sus reservas. Ante esta situación, varios multimillonarios han compartido su rechazo a la invasión y piden el fin de la ofensiva militar en su país vecino.
La invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, está desestabilizando los mercados financieros internacionales y pasa factura a las finanzas rusas en particular. El anuncio de duras sanciones económicas por parte de la Unión Europea y Estados Unidos, entre ellas la exclusión de varios bancos rusos del sistema de comunicaciones interbancario internacional SWIFT y la congelación de las transacciones con el Banco Central de Rusia, provocó a principios de semana el primer lunes negro en los mercados rusos.
La devaluación del rublo -la moneda rusa vale casi un 17% menos desde el inicio del conflicto- está afectando gravemente al poder adquisitivo de los ciudadanos rusos y la congelación de sus activos ha dejado a Moscú sin acceso a cerca de la mitad de sus reservas. Mientras tanto, Occidente sigue considerando mayores sanciones y el Gobierno británico ha presentado en el parlamento una nueva 'Ley contra el Crimen financiero' que afectará especialmente a los oligarcas rusos que tienen inversiones en Reino Unido. La ley establece un registro de entidades extranjeras con aplicación retrospectiva, restricciones a la venta de propiedades de entidades que no declaren su beneficiario real y facilitará el uso de las Órdenes de Riqueza Inexplicables, que permiten confiscar activos de origen delictivo sin necesidad de demostrar que se obtuvieron como resultado de una actividad criminal. Según el último informe de la organización anticorrupción Transparencia Internacional, millonarios rusos vinculados con el Kremlin o con acusaciones de corrupción poseen propiedades por valor de 1.785 millones de euros en el país.
Esta situación está provocando el hundimiento de las principales empresas rusas que son objeto de las sanciones, lo que ha hecho que los oligarcas y multimillonarios rusos comienzan a alzar la voz tímidamente contra la agresión de Ucrania.
El banquero Oleg Tinkov es el que más firmeza ha demostrado hasta ahora en su negativa a la guerra. “Gente inocente muere en Ucrania en estos momentos, cada día. ¡Esto es inaceptable! ¡No tiene sentido! El Gobierno debería gastar el dinero en tratar médicamente a la gente, en investigar cómo vencer al cáncer, y no en la guerra. ¡Nosotros estamos contra la guerra!”, publicó en su cuenta de Instagram junto a una foto de su familia.
El hundimiento de las principales empresas rusas ha hecho que algunos oligarcas rusos comiencen a alzar la voz contra la invasión de Ucrania
El dueño de Severstal, uno de los mayores conglomerados del mundo del acero, la minería y la energía, y el hombre más rico de Rusia, Alexéi Mordashov, dijo al medio RBK que “Es terrible que ucranios y rusos mueran, que la gente sufra dificultades y la economía esté colapsando. Tenemos que hacer todo lo necesario para encontrar una salida a este conflicto en un futuro próximo y parar el baño de sangre para ayudar a la gente afectada a rehacer sus vidas”.
Otro ejemplo es el dueño de los supermercados DIA y AlfaBank, Mijaíl Fridman, que, a diferencia de los anteriores, sí figura en la lista de sanciones de la UE. "Estoy profundamente apegado a los pueblos ucranio y ruso, y considero el conflicto actual una tragedia para ambos" escribió en una carta a sus empleados que el Financial Times hizo pública.