Tan solo han pasado cuatro días desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, decidiera bombardear e invadir Ucracia. En estos momentos, tras cuatro jornadas de asalto, sangre, sirenas, bombardeo y éxodo de refugiados, ambos gobiernos, Rusia y Ucrania, celebran una cumbre para negociar una salida o la continuación de la guerra. Mientras Europa ejecuta las mayores sanciones económicas y envío de armas, munición, dinero y ayuda humanitaria a Ucranía, Putin amenaza con accionar la alarma nuclear. De estas conversaciones se espera que la guerra se debilite en algún sentido.
En ente escenario bélico, tras la invasión de Rusia a Ucrana, hace cuatro días, se observa un aumento de las tensiones de todo occidente contra Rusia. Rusia avanza y amenaza, pero mientras se reunen las delegación rusa y la ucraniana en la zona de la frontera de Bielorrusia se espera que pueda negociarse un acuerdo de cese de hostilidades. Europa por fin, se ha unido en una sola trinchera y está aplicando las mayores sanciones que se recuerdan en la historia tras la Segunda Guerra Mundial.
El anuncio de las conversaciones fue en un primer momento calificado como una “gran victoria”, tal y como afirmó el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba. Apenas un día después, el Ejecutivo ucraniano rebaja las expectativas en torno al encuentro: “No creo realmente en el resultado de esta reunión, pero que lo intenten. Para que ningún ciudadano de Ucrania tenga dudas de que yo, como presidente, no intenté detener la guerra cuando había una mínima posibilidad", ha afirmado el presidente de la ex república soviética, Zelenski. Según el último recuento del Gobierno ucraniano la cifra de civiles fallecidos asciende a 352, de los cuales 14 son menores.
Tal como ha confirmado el propio presidente ucraniano, el inicio de estos diálogos se ha negociado con el homónimo del país vecino, Bielorrusia, estado afín a Rusia. Por su parte el líder del Ejecutivo bielorruso, Alexander Lukashenko, se comprometió a mantener en tierra “todos los aviones, helicópteros y misiles estacionados en territorio bielorruso” durante la celebración de estas negociaciones.
"No hay nada de malo en ello si resultan en paz y el fin de las hostilidades, pero no capitularemos y no cederemos ni una pulgada de nuestro territorio", ha asegurado el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba.
En la misma línea se ha mostrado tanto Zelenski como Kuleba, asegurando este último la voluntad de no capitular la integridad del país ucraniano o alguno de sus intereses. “Vamos a escuchar y expresar nuestra posición. No hay nada de malo en ello si resultan en paz y el fin de las hostilidades, pero no capitularemos y no cederemos ni una pulgada de nuestro territorio", aseveró el ministro de Exteriores de Ucrania.
Desde el ministerio de Exteriores de Bielorrusia han asegurado que “todo está preparado” para el encuentro. Tan solo falta la “llegada de las delegaciones de ambos países”, tal y como han señalado en la cuenta oficial del ministerio bielorruso.
Esta reunión se celebrará en un ambiente de especial tensión tras conocerse que Vladimir Putin ha puesto en alerta el armamento nuclear de Rusia, por la escalada de tensión de la diplomacia internacional. Además de este anuncio, Zelenski ha instado esta mañana a la Unión Europea a integrar a Ucrania dentro de esta organización internacional. Esto supondría un mayor distanciamiento de Ucrania respecto al Kremlin.