En la cúpula de Ciudadanos han pasado de un triunfalista “una semana más y arrasamos”, a un “hoy no tenemos nada que celebrar”.
Inés Arrimadas se pronunciaba en Twitter el domingo por la noche, “Convocaron elecciones buscando una mayoría absoluta y borrar al centro liberal español. Nada de eso ha sucedido”, aseguraba la presidenta de Ciudadanos, lo cierto es que si el partido no ha sido “arrasado” (usando los términos de Francisco Igea, ex vicepresidente de la Junta de Castilla y León) poco ha faltado. La convocatoria electoral deja al partido liberal sin posibilidades de seguir en el Gobierno (del que tenían la vicepresidencia y cuatro consejerías) y ahora tendrán una mínima representación, con un procurador, en las Cortes castellanoleonesas.
Del casi 15% de los votos en 2019, Ciudadanos desciende al 4,5%, en cifras reales: de 12 procuradores y 205.850 votos hace tres años, Ciudadanos pierde 11 escaños y 152.000 votos. En este escenario resulta difícil imaginar un futuro prometedor para esta formación política que apenas contará con la representación de Francisco Igea, con su escaño por Valladolid.
Ciudadanos apenas contará con la única representación de Francisco Igea, con su escaño por Valladolid.
Este no es el primer descalabro electoral de los “liberales ibéricos”. En los últimos comicios autonómicos, los madrileños, la formación de Arrimadas pasó de estar en el Ejecutivo regional a ni si quiera entrar en la Asamblea. Este resultado sumado a la fuga de miembros de Cs al PP, como Toni Cantó (que ahora se hace cargo de la Oficina del Español) o Patricia Reyes (actual directora general de Igualdad en la región), esbozó lo que para algunos fue ‘el principio del fin’ del partido.
Aunque los ecos del batacazo ya venían de lejos, cuando en las elecciones generales de abril de 2019 Ciudadanos consiguió su mejor resultado electoral, alcanzando los 4,1 millones de votos y los 57 escaños, convirtiéndose en la tercera fuerza política del Parlamento. Tan solo seis meses más tarde, con su negativa a formar un Ejecutivo con Pedro Sánchez o al menos abstenerse desbloqueando la situación, el partido naranja cosechó su primera gran derrota.
Los 2,5 millones de votos perdidos en noviembre de 2019, provocaron que el partido perdiera 47 escaños, alcanzando a duras penas la decena, que más tarde se quedaría en 9 con el paso de Pablo Cambronero al Grupo Mixto. Todo este giro de guion provocó la dimisión del por entonces líder de la formación, Albert Rivera, al que le sustituyó Inés Arrimadas, que ahora debe sobreponerse de esta caída y tratar de afrontar los próximos comicios regionales andaluces.