El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha pedido una "pausa" en la relación entre España y México. El motivo detrás de sus declaraciones es el supuesto "saqueo" que las empresas españolas han cometido en México durante los últimos años, permitido por sus predecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. El comentario ha vuelto a despertar la tensión entre ambos países, como viene a ser habitual desde su nombramiento en 2018. Desde España, el Gobierno ha reaccionado con gran sorpresa ante estas declaraciones y ha pedido al presidente que aclare su significado.
En su rueda de prensa diaria, el presidente mexicano, Manuel López Obrador, ha señalado que "no es buena la relación" actual con las empresas españolas, por lo que "más vale darnos un tiempo, hacer una pausa" y restablecerlas "cuando cambie el Gobierno", es decir, cuando López Obrador abandone la presidencia en 2024. El mandatario ha acusado a las empresas de ver México como "tierra de conquista y saqueo", especialmente tras la reforma energética de 2013 que abrió el sector a los privados.
A pesar de que, en palabras del presidente, esto ha sido solo "un comentario", ha servido para avivar la llama de la ya de por sí tensa relación entre ambos países desde su llegada al poder en 2018. En marzo de 2019, López Obrador envió una carta al Rey Felipe VI en la que pedía que "el Estado español admita su responsabilidad histórica" por la Conquista de México y "ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan". Posteriormente, en octubre de 2020, con motivo del Día de la Hispanidad, volvió a pedir una disculpa, a lo que la por entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, respondió asegurando que España no iba a disculparse y que apuesta por "construir sobre el pasado, pero mirando al futuro".
"España no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una declaración de este tipo"
Durante las últimas semanas, sin embargo, parecía que López Obrador había dejado atrás este capítulo en la crisis entre ambos países, cuando declaró que las relaciones "están bien" a pesar de la existencia de ciertas "discrepancias". El Gobierno español interpretó de forma positiva las declaraciones y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, comunicó ante el Senado la intención de "reforzar mucho las relaciones con México" durante los próximos meses.
Por eso la noticia ha sido recibida con gran "sorpresa", como ha explicado Albares. El ministro ha asegurado que estas acciones "se contradicen" con la postura que le transmitió hace una semana el ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrand, con quien se reunió en Honduras hace tan solo una semana. "Acabo de conocer las declaraciones de Obrador sobre una pausa en las relaciones con España y por supuesto lo que voy a hacer es verificar cuáles son las declaraciones y el alcance" ha dicho en declaraciones a la prensa desde la ciudad francesa de Lyon.
El ministro ha pedido que explique "qué ha querido decir con estas declaraciones". Finalmente ha asegurado que el Gobierno "no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una declaración de este tipo" y ha recordado que entre España y México existe una relación estratégica que va "más allá de declaraciones verbales súbitas o palabras puntuales".
El testimonio de López Obrador ha causado tal revuelo que varios miembros de su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) han tratado de aclarar la polémica y suavizar sus palabras. La presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero, ha asegurado que el comentario no implica una "ruptura" con España, mientras que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de México, Héctor Vasconcelos, ha asegurado que en diplomacia no existe el término "pausa".