La democristiana maltesa Roberta Metsola ha sido elegida como la nueva presidenta del Parlamento Europeo, convirtiéndose en la sucesora del recientemente fallecido David Sassoli. Metsola es la tercera mujer en presidir el Parlamento desde que comenzó a elegirse por sufragio directo, en 1979. Antes de ella lo hicieron las francesas Simone Veil y Nicole Fontaine, también conservadoras, pero con notables diferencias en sus posturas políticas.
Hace cuarenta años, Simone Veil, una de las principales impulsoras de la despenalización del aborto en Francia, se convertía en la primera mujer en ocupar la presidencia del Parlamento Europeo. Hoy hace lo propio Roberta Metsola, quien hasta ahora era la vicepresidenta primera del Parlamento y defiende una postura abiertamente antiabortista. Metsola es la tercera mujer en presidir el Parlamento, solo por detrás de Veil y la también conservadora francesa Nicole Fontaine.
Metsola se ha hecho con 458 de los 616 votos válidos emitidos en la Cámara en la primera vuelta. Su triunfo estaba ya casi asegurado desde la tarde del pasado lunes, cuando los tres grupos más numerosos de la Cámara, los populares, socialistas y liberales, ultimaron un acuerdo para respaldar su votación a cambio del reparto de las instituciones europeas y una agenda legislativa común. Los socialdemócratas cumplen así con el pacto de 2019 que determinaba que la presidencia de la Eurocámara pasaría a los populares a mitad de la legislatura.
A pesar de que en un primer momento los socialistas cuestionaron el acuerdo defendiendo que la socialdemocracia ha ganado peso en Europa desde 2019 y no sería justo perder la presidencia de la Eurocámara, finalmente la promesa de una mayor presencia en las vicepresidencias y puestos administrativos han servido para convencer al grupo.
"Quiero que el Parlamento sea más moderno, eficaz y eficiente. Quiero ser una presidenta de un Parlamento que busca soluciones a los desafíos con los que nos enfrentamos"
A cambio del apoyo a Metsola, los socialistas pasan a tener cinco vicepresidencias -frente a las 3 que tenían anteriormente- y un cuestor -responsable de los asuntos administrativos y económicos de los eurodiputados-. El texto de trabajo acordado entre socialdemócratas, conservadores y liberales prioriza la defensa del Estado de derecho, la dimensión social de la Unión, la reforma de las reglas fiscales y la defensa de los derechos de la mujer.
Este último tema será el más peliagudo para la candidata, que desde su llegada al Parlamento ha votado en contra de todas las resoluciones relacionadas con el derecho al aborto. Sin embargo, la maltesa se comprometió durante las negociaciones con los liberales a asumir las posiciones de la institución por encima de las suyas si finalmente era elegida presidenta.
En su primer discurso, Metsola ha conmemorado la figura de su antecesor, de quien ha dicho que "puso por delante la dignidad de las personas, junto con la solidaridad y el servicio a la gente". Posteriormente ha asegurado querer "que el Parlamento sea más moderno, eficaz y eficiente. Quiero ser una presidenta de un Parlamento que busca soluciones a los desafíos con los que nos enfrentamos".
A pesar de no mencionar directamente el tema del aborto, la nueva presidenta ha querido defender su compromiso social asegurando que "he defendido posiciones que no son fáciles, contra el racismo, las causas LGTBIQ o empoderando a las mujeres, las niñas". Finalmente ha añadido que "nuestro Parlamento es importante para las mujeres de Europa que luchan por sus derechos".