Con la celebración del Abierto de Australia el próximo 17 de enero, las estrellas del tenis están viajando a Melbourne estos días para participar en el torneo. El país australiano exige la pauta de vacunación completa para entrar al país, aunque es posible acceder con una exención médica promulgada por el Gobierno. A este salvoconducto se aferraba Novak Djokovic, número 1 del mundo y contrario a la vacunación, para acceder al territorio australiano sin la inoculación de las dosis. Sin embargo, a su llegada es retenido en el aeropuerto, provocando un conflicto de intereses entre Australia, Serbia y la opinión pública.
El caso Djokovic transciende ya la cuestión meramente deportiva. El revuelo que ha generado la retención del tenista serbio en el aeropuerto de Melbourne ha salpicado a todos los implicados y la descoordinación de las partes ha provocado una situación tensa que se resolverá el próximo lunes, cuando se decidirá si Djokovic es deportado del pais o finalmente puede disputar el primer Grand Slam de la temporada.
El pasado 4 de enero Australia concede una exención medica al número uno del mundo para que pueda viajar a su país, causando revuelo, por no disponer de la pauta completa de vacunación. La razón: haber contraído el virus de la COVID-19 en los últimos seis meses, uno de los motivos por los cuales se otorgaba esta exención, según los criterios de Tennis Australia y el Gobierno del Estado de Victoria.
Sin embargo, a su llegada al país, el tenista es retenido en el aeropuerto durante horas, y se le retira el visado y objetos personales, a su vez que se le deniega la entrada. Más adelante, es trasladado a un hotel para extranjeros, en el cual se encuentra hasta que se tome una decisión sobre su caso.
El problema se encuentra en que el Gobierno Federal Australiano, encargado de las fronteras del país, no admite el motivo aportado por el equipo del serbio para otorgar el visado de acceso al territorio, como sí lo hacían el resto de organismos que informaron a los jugadores, creando un debate entre las propias organizaciones australianas.
Esta encrucijada ha desencadenado diversas opiniones y la opinión pública se ha polarizado en torno a los que apoyan o no al tenista.
Por su parte, Serbia denuncia una “caza política” y su presidente, Aleksandar Vucic, ha señalado que las autoridades serbias están “tomando medidas para detener el acoso al mejor tenista del mundo en el menor tiempo posible”. El padre del jugador, Srdjan Djokovic afirma que su hijo está “cautivo” y que su lucha es “por la libertad del mundo”.
Numerosas figuras del panorama global han alzado la voz sobre esta polémica situación. Rafa Nadal fue bastante crítico con el serbio e indicó que el mundo “ha sufrido ya bastante como para no seguir las reglas”, insistiendo en que dentro de su libertad de elección tiene que “afrontar las consecuencias” de no vacunarse. Otros compañeros de profesión, como Tennys Sandgren opinaron acerca del trato, sentenciando que Australia “no se merece albergar un Grand Slam”.