Sin embargo, los desfiles de la Cabalgata de Reyes están todavía lejos de producirse de igual manera que en los años previos a la pandemia del covid. La mayoría de las ciudades han adoptado medidas preventivas contra el coronavirus, y ha implantado la mascarilla obligatoria para los asistentes y una reducción de aforo. Entre otras decisiones, algunos territorios han alargado el recorrido para evitar aglomeraciones, acompañado de la prohibición de tirar caramelos e, incluso, test de antígenos negativo para los participantes.

 

La Comunidad de Madrid ha indicado la importancia de “extremar la prudencia” para intentar evitar la expansión del virus y repartió 7.000 entradas para su cabalgata, que tardaron menos de quince minutos en agotarse. En la Comunidad Valenciana, optaron por una cabalgata estática, con control de aforo y la exigencia del pasaporte covid. Este modelo también fue adoptado por otras regiones del país como Murcia o Vigo. En ciudades como Bilbao o Mojácar directamente se cancelaron los desfiles por considerar que no se da la situación sanitaria propensa para su celebración.