La Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos han recibido en las últimas semanas, más vacunas en total que el continente africano en todo lo que llevamos de año. El problema que encuentran las organizaciones reside en que, si la demanda de dosis sigue aumentando por las diferentes variantes, el primer pinchazo a toda la población de África no se conseguirá hasta primavera de 2023.
Con el repunte de casos de COVID-19 de manera global y el ascenso de nuevas variantes como ómicron, los países desarrollados están solicitando una cantidad ingente de vacunas. Entre el 11 de diciembre y el 21 de diciembre, las tres áreas combinadas recibieron 513 millones de dosis, mientras que en el 2021, África ronda las 500 millones de dosis. La pauta completa de vacunación en el continente africano se estima por debajo del 10%, más concretamente, se encuentra en el 8,6%.
Los países del G7 tendrán un excedente de 1.400 millones de dosis hasta marzo de 2022, mientras algunas organizaciones temen que sea contraproducente. La Alianza People's Vaccine ha recalcado que puede ser incluso perjudicial, condenando a las naciones a “un ciclo interminable de variantes, refuerzos, restricciones e incluso confinamientos" si el reparto no se produce de forma equitativa.
La Alianza People's Vaccine pide la exencion de las normas de propiedad intelectual de vacunas, pruebas y tratamientos.
Anna Marriot, directora del movimiento y la plataforma Oxfam incide en que si los países con más recursos no buscan “soluciones reales” para aquellos más pobres, solo se conseguirá una mayor extensión de la pandemia, que alargará el "sufrimiento que esto conlleva".
Los expertos coinciden en que para lograr la vuelta a la ansiada normalidad, es imprescindible la vacunación global. Una representante de Alianza Africana para la Entrega de Vacunas, Maaza Seyoum, ha lamentado que, por el momento "los líderes del norte global han optado por los obscenos beneficios de las empresas farmacéuticas antes que por la vida de la población de África", mientras afirma que la nueva variante ómicron, de origen sudafricano, demuestra “la amenaza” que esta descompensación de dosis supone para todas las regiones.