Alemania se prepara para afrontar la quinta ola de coronavirus, marcada por el predominio de la variante ómicron, sin haber terminado de superar la cuarta. Durante esta jornada el país ha rebasado el umbral de los 6,9 millones de casos detectados desde el inicio de la pandemia y roza la cifra de 110.000 fallecimientos consecuencia de la enfermedad. El temor a la gran capacidad de contagio de la nueva cepa ha llevado al canciller Olaf Scholz a anunciar nuevas medidas sanitarias tras las fiestas de Navidad mientras las autoridades siguen insistiendo en la importancia de recibir la vacuna de refuerzo para hacer frente a ómicron.
Desde el inicio de la pandemia se han registrado más de 6,9 millones de casos de coronavirus en Alemania y casi 110.000 personas han fallecido por ca
usa de la enfermedad. Durante la última jornada, el Instituto Robert Koch (RKI) de virología, el organismo encargado del control de enfermedades infecciosas en el país y que contabiliza los datos de la pandemia, ha informado de 44.927 nuevos positivos y 425 fallecidos.
A pesar de ello, el país confirma durante los últimos días una tendencia a la baja en la incidencia acumulada después de haber alcanzado el pico de 452,4 casos por cada 100.000 habitantes el pasado 29 de noviembre. Esta semana la tasa es de 280,3 positivos por cada 100.000 habitantes frente a los 353 casos de la semana pasada.
El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, dijo en una rueda de prensa tras su reunión con los líderes de los Länder, los estados federados que componen el país, que no habrá un confinamiento en Navidad, pero sí se tomarán medidas después de las fiestas para limitar la expansión de la variante ómicron. A partir del 28 de diciembre se limitarán las reuniones a un máximo de diez personas, sin excepciones durante las celebraciones de Año Nuevo. Además, los clubes y discotecas permanecerán cerrados y los eventos deportivos se celebrarán sin público.
La reunión se produjo poco después de que el RKI recomendara reducir inmediatamente los contactos y evitar los viajes no esenciales. "No es el momento de celebrar fiestas y veladas amistosas con mucha gente" declaró el canciller tras afirmar que en cuestión de semanas la variante ómicron será la dominante en Alemania. "No podemos ni debemos cerrar los ojos ante esta próxima ola" afirmó. La decisión de tomar las medidas después de Navidad se alcanzó en conjunto con los presidentes regionales al considerar que los alemanes se están comportando de manera responsable en esta ola y no se acelerarán los contagios durante las fiestas.
Alemania confirma una tendencia a la baja en la incidencia acumulada con 280 casos por cada 100.000 habitantes tras alcanzar el pico de 452 positivos el pasado 29 de noviembre
Como consecuencia de la alta capacidad de contagio de la nueva cepa, la Comisión Permanente de Vacunación de Alemania (Stiko) recomendó adelantar la administración de la dosis de refuerzo de seis a tres meses después de haber recibido la pauta completa. Scholz tiene como objetivo que dos tercios de la población cuenten con la dosis extra en las próximas semanas y haber inyectado 30 millones de dosis para finales de enero. Este miércoles, el Consejo de Ética de Alemania mostró su disposición a ampliar "a partes significativas de la población" el requisito de vacunación que ya se aplica a los sectores más vulnerables.
Pese a los esfuerzos de las autoridades, las cifras de inmunización en Alemania siguen siendo inferiores a las de gran parte de Europa. Hasta este martes, el 73,6% de la población había recibido la vacuna, el 70,5% con la pauta completa y el 33,8% cuenta con la dosis de refuerzo.