De este modo Google ha puesto como margen hasta el 18 de enero para que los empleados se inmunicen contra el coronavirus. A partir de ese día los empleados que no hayan recibido sus pinchazos entrarían en una baja administrativa remunerada de 30 días, a partir de los cuales se dejaría de pagar y si la situación se prolongase en el tiempo se podría llegar a despedir al empleado.

 

“Creemos firmemente que nuestros requisitos de vacunación son una de las formas más importantes de mantener la seguridad de nuestra plantilla y el funcionamiento de nuestros servicios”, ha asegurado un portavoz del gigante tecnológico. 

 

Aunque desde la multinacional han asegurado a Europa Press que esta política no afecta a sus oficinas de Europa, Oriente Próximo y África. En Estados Unidas, sin embargo, la empresa está cumpliendo con una Orden Ejecutiva del presidente Biden que exige la vacunación a los empleados de contratistas estatales.