El constante goteo de escándalos relacionados con Boris Johnson revelados por la prensa están poniendo en juego su cargo como primer ministro. Este jueves, en las elecciones parciales celebradas en Reino Unido, el dirigente solo ha conseguido hacerse con un 34% de los votos y ha perdido el apoyo de uno de los distritos pro-Brexit e históricamente tory. Este desgaste de su base electoral es precisamente lo que debilita su figura en el interior de su propio partido, donde se cierne la sombra de una moción de desconfianza.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se encuentra en la cuerda floja tras las elecciones parciales de este jueves. El distrito electoral de North Shrophsire, que históricamente ha apoyado a los tories, ha castigado a Johnson decantándose por la candidata liberaldemócrata Helen Morgan. En 189 años, los votantes solo han dejado de apoyar a los conservadores en otras dos ocasiones.
La derrota muestra el descontento de la ciudadanía con el líder, que solo ha logrado un 34% del total de los votos de las parciales. Las nuevas informaciones que la prensa está sacando a la luz sobre cómo el primer ministro ignoraba las restricciones impuestas a la población durante la peor oleada de la pandemia enfadan cada vez más tanto a los ciudadanos como a los miembros de su propio partido.
Tras confirmar su victoria, Morgan ha pronunciado su discurso en el que ha afirmado que "los ciudadanos han dicho alto y claro: Boris Johnson, la fiesta ha terminado" y le ha atacado señalando su "falta de decencia" y asegurando que "Johnson solo piensa en él y cree estar por encima de nosotros". "Nuestro país necesita liderazgo y usted, señor Johnson, no es un líder" ha sentenciado.
"Nuestro país necesita liderazgo y usted, señor Johnson, no es un líder"
Pero las críticas no llegan solo desde la oposición, y es precisamente la pérdida de apoyos entre sus filas la que debería preocupar al dirigente. El corresponsal político de The Guardian, Peter Walker explica que "los conservadores pueden ser brutales con sus líderes cuando creen que no son del gusto de los electores, en el caso de Boris Johnson es una realidad aún más evidente, ya que su principal atractivo es que seducía a los votantes. Pero si ha perdido el encanto, debería preocuparse".
En la votación de esta semana para impulsar nuevas medidas contra la expansión de la variante ómicron, hasta 99 diputados conservadores rechazaron el plan, que finalmente salió adelante con el apoyo de la oposición.
Según The Daily Telegraph, los diputados conservadores se plantean escribir cartas para proponer una moción de no confianza. Las reglas del Partido Conservador indican que se necesitarían 54 escritos para que se produzca la votación.