En pleno auge de los casos en toda Europa, tras dos años desde el inicio de la pandemia, Pfizer ha asegurado que su nuevo tratamiento funciona. Para ello la farmacéutica ha realizado un estudio en el que han participado 2250 personas no vacunadas y con al menos un factor de riesgo. De ese grupo poblacional una mitad ha sido tratado con Paxlovid y la otra con un placebo. Los resultados arrojan esperanza, de los tratados con el fármaco tan solo un 0,7% han necesitado una hospitalización, frente al 6,5% de los que no lo han recibido. Las defunciones también disminuyen, en el grupo que no recibió el tratamiento se registraron nueve fallecidos, mientras que en el otro ninguno.
El nuevo medicamento combina ritonavir, ya utilizado en pacientes con VIH, un inhibidor metabólico que aumenta el riesgo de interacciones con fármacos, tal y como advierte Alberto Borobia, coordinador de la unidad de ensayos clínicos del hospital madrileño de La Paz; y nirmatrelvir, una molécula que actúa sobre las proteínas implicadas en proceso de mutación del coronavirus.
Precisamente esas proteínas no estructurales no se han presentado importantes mutaciones en la nueva cepa ómicron. Por eso, desde Pfizer creen que el nuevo tratamiento mantendrá su eficacia contra la nueva variante. “Probablemente mantendrán una sólida actividad antiviral”, ha anunciado Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer, que también ha hecho hincapié en el “impacto significativo” de su nuevo medicamento, siempre y cuando sea autorizado por las agencias del medicamento.
Desde SVB Leerink, el banco de inversión estadounidense, ya han echado cuentas, la farmacéutica podría embolsarse más de 21.000 millones de euros en el año 2022 con las ventas de Paxlovid.