Las lluvias que ha traído la borrasca Barra han dejado dos muertos, calles inundadas y millones en daños materiales que todavía están por evaluar. Existe una especial preocupación por la región de Tudela, en Navarra, una de las más afectadas, donde el agua ha alcanzado los seis metros de altura. Su presidenta, María Chivite, ha anunciado que solicitará al Estado la declaración de área de desastre natural para la obtención de las subvenciones pertinentes.

 

Por su parte, en Aragón, se muestran aliviados tras una noche en la cual la crecida no ha dejado daños personales y se encuentran a la espera de la disminución del nivel de agua para determinar el valor real de los daños producidos por el desastre. La punta de la crecida se dirige ahora hacia Zaragoza, pero no llegará hasta últimas horas de este martes. Debido a ello, el Ayuntamiento de Zaragoza ha elevado a fase de emergencia el Plan de Protección Civil y tendrá lugar una nueva reunión en el Centro de Coordinación de Emergencias del Parque 1 de Bomberos.

 

La UME (Unidad Militar de Emergencias) dispone de 292 efectivos desplazados, el apoyo de 102 vehículos y un helicóptero para el desarrollo de sus trabajos. Desde la jornada de ayer, está preparado el equipo medio de bombeo de aguas y lodos para la extracción y reenvío de agua. La agricultura es el sector más afectado por las riadas, así como residencias de ancianos y centros de salud.

 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska acudió este domingo a las zonas afectadas acompañado de la presidenta navarra María Chivite, quien ha destacado la labor de las redes de voluntariado que han auxiliado a la población de las localidades afectadas por las inundaciones. “Estas inundaciones son cada vez más comunes y tenemos que estar mejor preparados”, ha sentenciado la líder de la comunidad foral respecto a los planes de futuro.