Durante los últimos cinco años, un nuevo grupo de emigrantes indios muy cualificados se están haciendo con el control de las grandes tecnológicas de Silicon Valley. La última incorporación a esta lista la conforma Parag Agrawal, después de que el pasado lunes el fundador de la red social Twitter y hasta ese momento director general de la compañía, decidiera retirarse en favor de Agrawal. El sistema educativo de la India, y en especial las escuelas de excelencia por las que muchos de los nuevos CEOs de las Big Tech pasaron, se encuentra detrás del gran éxito que los ciudadanos ciudadanos indios cultivan en las principales empresas tecnológicas estadounidenses.
Tras la dimisión de Jack Dorsey, fundador de Twitter, como presidente de su compañía, Parag Agrawal se une a la larga lista de ingenieros indios que lideran las grandes tecnológicas en Silicon Valley. El joven de 37 años natural de la ciudad de Bombay, comenzó a trabajar en la empresa en el año 2011 como ingeniero raso, en 2017 se convirtió en el máximo responsable de Tecnología y diez años después de su llegada a la compañía ha sido elegido como el sustituto de Dorsey a la cabeza de la red social.
Agrawal estudió física en una universidad de su ciudad natal siguiendo los pasos de su padre, que era miembro del departamento de energía atómica de la India. Tras su graduación se mudó a los Estados Unidos para cursar un doctorado en la Universidad de Stanford. Su historia es similar a la de otros muchos emigrantes indios que se están haciendo con el control de las principales empresas de Big Tech estadounidenses. Los máximos responsables de Google, Microsoft, IBM o Adobe son jóvenes indios procedentes de familias de clase media que sobresalieron en sus universidades locales y dieron el salto a Estados Unidos tras su graduación.
Todos ellos han ascendido de manera orgánica dentro de sus empresas, trabajando en el desarrollo de los principales servicios de las compañías. Su perfil, centrado en la gestión, dista de la imagen que a menudo se asocia con los fundadores estadounidenses de estas empresas, visionarios excéntricos con la capacidad de cambiar el mundo.
El caso de Agrawal es muy representativo. Mientras que el nuevo CEO de Twitter apenas utiliza la red social y sus aportaciones se encuentran detrás de los sistemas de inteligencia artificial y aprendizaje automático de Twitter, Dorsey es un tuitero empedernido que desarrolla varios proyectos a la vez, como la empresa de pagos electrónicos Square, que fundó y dirige. Ha recibido críticas por ser un jefe distante, ausente y con poca determinación para las decisiones importantes y practica la meditación extrema, llegando a pasar 10 días de reflexión silenciosa y desconexión tecnológica en el año 2017.
"Toda la construcción de India como país, como economía, a partir del año 2000, era crear un país con más gente preparada"
Durante los últimos cinco años, hemos visto cómo estos ciudadanos indios sobresalientes se hacen con el control de las principales tecnológicas estadounidenses. En 2015, Satya Nadella se convirtió en el presidente y máximo responsable de Microsoft y bajo su mandato, sus acciones se han multiplicado por 11. El mismo año, Sundar Pichai pasó a ser el CEO de Google y creó la corporación Alphabet, que recoge todos los productos de Google, de la que también está al mando. Su trabajo fue fundamental para el desarrollo de muchos de los servicios de Alphabet, como Android, el navegador Chrome, o Google Maps y Google Drive. El CEO de IBM, Arvind Krishna, y el de Adobe, Shantanu Narayen, comparten una historia similar.
El secreto detrás del gran éxito de estos emigrantes se encuentra en los IIT (Indian Institute of Technology) e IIM (Indian Institute of Management), centros de excelencia gratuitos repartidos por todo el país y de muy difícil acceso, solo se puede entrar por méritos propios. Sudhanshy Karandikar, director del India Desk de la Consultora BDO y antiguo alumno de uno de estos centros, los describe como "muy competitivo, pero no es un sentido coreano, sino que se fomenta un sistema de educación sano". Pichai, Agrawal o Krishna, pasaron por sus clases antes de volar a Estados Unidos.
"Toda la construcción de India como país, como economía, a partir del año 2000, era crear un país con más gente preparada" añade el experto. "Una de las críticas a nuestro sistema de educación es que creamos empleados, no empresarios. Pero son gente que aunque trabajan en empresas punteras conocidas por ser agresivas, son capaces de primar el factor humano. Tienen empatía. Vienen de clases medias y saben qué es sufrir, qué es la pobreza"