La venta de "Diego y yo" (1949), uno de los autorretratos más reconocidos de la artista mexicana Frida Kahlo, se ha vendido por 34,9 millones de dólares (30,8 millones de euros), en Sotheby’s Nueva York. La venta, especialmente esperada en el otoño de las subastas postpandemia, se ha convertido en la obra de arte latinoamericana más cara, superando el registro de 9,8 millones de dólares marcado por la venta en 2019 de 'Los rivales', de Diego Rivera, exmarido de Kahlo.
El cuadro estaba en posesión de la coleccionista y galerista Mary Anne Martin, responsable de promocionar el arte latinoamericano en Manhattan (Nueva York) desde 1982. La obra de Kahlo ya hizo historia en 1990, cuando se convirtió en la primera obra latinoamericana en romper la barrera del millón de dólares cuando se vendió por 1,4 millones de dólares. Ahora, treinta años más tarde, vuelve a convertirse en el referente de la artista mexicana en las subastas, pues se trata de una artista muy popular en el imaginario colectivo artístico a nivel global, con muy poca oferta de obras y amplia demanda.
Toda la producción artísica de Frida Kahlo fue declarada patrimonio nacional por el Gobierno de México en 1984, por lo que el país aplica unas restrictivas medidas para impedir que la obra de la pintora salga de las fronteras. Solo aquellos cuadros permanecen en Estados Unidos (los que Frida y Diego, su marido, sacaron cuando viajaron por California, Detroit y Chicago) están disponibles para su venta el mercado artístico internacional, lo que supone un 10% del catálogo de la artista. Esto hace que el mercado de la producción de Kahlo se divida en interior y exterior, con precios bastante inferiores en el primero de ellos y se den numerosas falsificaciones.
Un asunto de género
La cantidad pagada por "Diego y yo", que asciende a los 34,8 millones de dólares, ha hecho historia como la obra de arte latinoamericana más cara vendida en subasta. Sin embargo, el precio estimado la situaba en 50 millones de dólares. La significativa rebaja es explicada por William Goetzmann, profesor de finanzas en la Escuela de Administración de Yale, exponiendo que el arte de las mujeres representa una gran oportunidad, porque se puede acceder a una producción de muy alta calidad "a un precio de ganga", comparado con el mercado masculino.
Ejemplos de esta descompensación artística son las dos obras artísiticas de mayor valor vendidas en el mercado. Por un lado, 'Propped' es la pieza de una artista viva por la que más se ha pagado en subasta. Ocurrió en 2019, cuando Jenny Saville vio cómo su obra llegaba a los 12,5 millones de dólares. Por otro, Jeff Koons (creador de Puppy, el perro del Guggenheim de Bilbao) había marcado el récord masculino un año antes con una venta de 91,1 millones de dólares por su 'Rabbit'.
"Diego y yo"
El autorretrato de Frida Kahlo muestra a una mujer obsesiva, sentimiento que reinaba en la pintora en la parte final de su carrera, como también se expone en obras como 'La mesa herida' (1940) y 'La columna rota' (1944). En el cuadro aparece sangre, lágrimas y sudor, que se convierten en señales inequívocas de la iconografía dolorosa de la artista. A imagen y semejanza de un retrato renacentista, Kahlo se pinta con la presencia de su marido en su frente, como un pensamiento inevitable y constante, mientras muestra su cuello rodeado por su cuello, como si se tratara de un estrangulamiento. Se trata de una obra dramática, que representa la tormentosa relación de la mexicana con su exmarido, con el que volvió a casarse años después de su separación.