Exposición Dante Hiperrealista. Video: Juan Almansa
Publicado el 11 de noviembre a las 13:57
El eterno Dante es siempre un ente misterioso, y aunque es inabarcable en su totalidad ha sido abrazado por muchos artistas a lo largo de la historia. Tal vez la atracción de su figura inconmensurable suponga un reto para el lápiz, el carboncillo, la acuarela o el click del ratón, o tal vez, como el propio Dante en la Divina Comedia, el mero hecho de tratar de retratar al ‘Poeta Supremo’, suponga en sí, un viaje por el Infierno, Purgatorio y Paraíso de la actualidad. Precisamente de eso, de la total contemporaneidad del florentino trata la exposición que hoy se estrena en el Istituto Italiano di Cultura.
Esta muestra de obras de cinco autores diferentes pone a dialogar entre sí a las interpretaciones de la obra magna del artista . Sin caer en contradicciones los relatos mezclan técnicas, formatos y estilos completamente diferentes , que se complementan entre si y que aportan, si cabe, más actualidad al texto. El recorrido deja patente, además, la internacionalidad de Alighieri , que ha sido y es, en palabras de la presidenta del Istituto Italiano di Cultura, Marialuisa Pappalardo, “fuente de inspiración para artistas, para intelectuales y también para gente común” en todo el mundo.
Las obras de Tom Philips , artista londinense, reflexionan sobre la primera de las tres partes de la obra maestra de Dante, ‘El Infierno’, donde el propio autor comienza un recorrido de la mano de Virgilio para alcanzar la plenitud celestial. En las piezas de este creador se plasma una voluntad constante por referenciar elementos de ‘alta cultura’, siempre desde el uso de recursos populares, redefiniendo así la frontera entre los límites del ‘alto’ y el ‘bajo’ arte.
La exhibición cuenta también con artistas de absoluta actualidad, que trabajan a trote entre lo digital y lo analógico, como es el caso de Paolo Barbieri , que armoniza en sus obras el proceso pictórico tradicional, con las nuevas tecnologías. De nuevo, con Barbieri nos retrotraemos al pasado, las figuras desnudas de complexión robusta nos conducen directamente al trabajo de Miguel Ángel, por otro lado, las atmósferas fantasy reciclan elementos dramáticos y casi cinematográficos de obras de Caravaggio.
El otro artista encaramado a lo digital es Emiliano Ponzi , que renuncia a retratar cada paso de Dante en su Divina Comedia para crear obras con un carácter más conceptual y figurativo, retratando con una ironía extrañamente cómica lo dantesco de la sociedad actual. Un cura que detiene su coche para hablar con unas prostitutas, un par de amantes ardiendo, un avaro sin manos, un hombre atrapado en un helado… la ironía y cercanía de sus obras sitúan al inmortal artista en un diálogo de tú a tú con el espectador, hablando el mismo idioma sin necesidad de emplear palabras ni cantos.
Monika Beismer y Paolo Barbieri, por su parte, retornan a lo físico, a técnicas antiguas, como es el temple al huevo. De nuevo un guiño al pasado, en un ejercicio mutuo por situarse en el momento histórico del otro artista. Al igual que Dante vuelve tras cumplir 700 años de su fallecimiento, la creadora emplea técnicas que sus coetáneos hubieran utilizado. Creando así un intercambio cultural que trasciende lo artístico. Por su parte Barbieri, en un juego continuo con las líneas y las formas de la muchas veces impredecible acuarela, trata de no solo reinterpretar el texto, si no de ir más allá de este, en un ejercicio de reflexión que reelabora la misma esencia del mismo.