China y Estados Unidos se han comprometido en la COP26 a trabajar conjuntamente para acelerar la lucha contra el cambio climático durante la década de 2020. La declaración recoge diversas propuestas destinadas a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación, entre otras. En el acuerdo destaca el compromiso de China a diseñar un plan que permita reducir sus emisiones de metano, uno de los principales gases causantes del calentamiento global. Estados Unidos también ha promovido junto a la Unión Europea una propuesta de reducción de gases contaminantes a la que se han terminado uniendo 103 países en total, con la notable ausencia de China.
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) que se celebra en Glasgow desde principios de noviembre, las delegaciones de China y Estados Unidos han firmado un acuerdo para acelerar la lucha contra el cambio climático durante la década de 2020. Estas dos potencias son los países que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera en la actualidad y son responsables de casi un 40% de las emisiones mundiales -China un 27% y EE.UU. un 11%-.
Los representantes de las delegaciones de Estados Unidos y China, John Kerry y Xie Zhenhua, respectivamente, han presentado una declaración conjunta en la que enumeran diversos acuerdos que permitirán trabajar más rápidamente en la prevención de la crisis climática. Entre ellos, destaca el compromiso del Gobierno chino a presentar durante el próximo año un plan integral para reducir sus emisiones de metano durante esta década. Según el último informe de Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), este gas es responsable de alrededor del 25% del calentamiento global actual.
Las posiciones de estos dos países respecto al cambio climático son muy diferentes en la actualidad. Con la reciente llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca, Estados Unidos se comprometió a reducir a prácticamente la mitad sus emisiones para 2030, mientras que China espera alcanzar su pico de emisiones antes de que finalice la década, y comenzar a reducirlas a partir de ese momento.
Según el último informe del IPCC, el metano es responsable de alrededor del 25% del calentamiento global actual
En declaraciones ante la prensa posteriores a la firma del acuerdo, el enviado especial estadounidense ha reconocido la existencia de esa diferencia, pero ha asegurado que "podemos cooperar en la lucha contra la crisis climática" y ha querido destacar especialmente el compromiso de China respecto al metano. Por su parte, Xie Zhenhua ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para controlar el avance de las medidas tomadas para conseguir este objetivo, así como las relativas a la deforestación y el uso de energías renovables. El delegado ha anunciado que se reunirá por primera vez durante la primera mitad de 2022.
El texto reconoce la existencia de una brecha entre los planes anunciados por los países y las acciones necesarias para cumplir con lo establecido en el Acuerdo de París. El compromiso de 2015 fija que el calentamiento global no debe superar los 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales e, idealmente, los 1,5 grados. Sin embargo, los acuerdos firmados por los Estados hasta el momento solo podrían llevar a un calentamiento de entre 2,4 y 2,7 grados. "Las dos partes subrayan la importancia vital de cerrar esa brecha lo antes posible, en particular mediante esfuerzos intensificados" recoge el documento.
Estos acuerdos representan un paso más hacia la paz climática entre China y Estados Unidos. Al inicio de la cumbre, Biden criticó a los presidentes de Rusia y China por no acudir de forma presencial al encuentro, señalando su falta de compromiso. Los expertos creen que la firma conjunta abre el camino a una alianza entre las potencias y podría poner "fin a la guerra de declaraciones".
En la misma jornada, Estados Unidos ha liderado junto a la Unión Europea la adopción de un pacto sobre reducción de emisiones al que se han sumado 103 países, que componen el 70% de la economía mundial. Según ha explicado el Departamento de Estado de EE.UU., los firmantes son responsables de casi la mitad de las emisiones producidas por los seres humanos de metano. Este acuerdo, que no tiene vinculación legal ni forma parte de las negociaciones oficiales de la ONU, busca reducir en un 30% el metano de origen antropogénico para 2030. China no se ha sumado a esta propuesta, como tampoco lo han hecho otras de las principales potencias causantes de estas emisiones, como Rusia e India.