El acuerdo de París advertía que, en ningún caso, se podrían sobrepasar los 2ºC para no tener que lamentar episodios climáticos extremos con sus consiguientes consecuencias para la vida humana. Todo parecía apuntar que se lograría el objetivo manteniendo unos parámetros de entre 1,9 y 1,8 grados según estimaciones realizadas la semana previa. Sin embargo, las previsiones no son nada optimistas según sostiene la evaluación de una de las organizaciones climáticas más prestigiosas, la CAT, que no solo no ha augurado esos mismos pronósticos, sino que ha dibujado un escenario completamente peor con incrementos de temperatura que ascenderían a más de 2,4ºC. Por tanto, las políticas a corto plazo de los países con compromiso climático resultarían inocuos para atajar la crisis climática. Harían falta medidas drásticas, como las propuestas por la conocida activista Greta Thunberg, que habla de la eliminación del uso de combustibles fósiles y de ayudas a las naciones más pobres para que realmente se pudiera revertir el rumbo por el que transcurre el planeta.