El secretario genera de la ONU, António Guterres, ha denunciado que durante el 2020 hubo 62 periodistas que fueron asesinados "solo por hacer su trabajo". En los últimos cinco años, la UNESCO ha registrado 400 asesinatos de periodistas en todo el mundo y casi 9 de cada 10 quedan impunes. La organización alerta de que en los últimos años, el número de crímenes contra profesionales de la información en zonas fuera de conflicto ha aumentado considerablemente. Estos datos evidencian que, cada vez más, los periodistas se enfrentan a amenazas y represalias por denunciar irregularidades y sacar a la luz información controvertida. Desde la organización recuerdan a los países miembros de las Naciones Unidas su obligación de proteger a los periodistas de los medios de comunicación y luchar contra estos crímenes y garantizar el castigo de aquellos que los cometen.
El 2 de noviembre la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebra el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra los Periodistas. Para conmemorar la fecha, la organización y sus aliados realizan eventos orientados a sensibilizar a la población sobre la importancia y la obligación que tienen los países de perseguir y castigar los delitos contra los periodistas.
Los datos de la UNESCO registran 400 asesinatos de periodistas en los últimos cinco años en todo el mundo. Las estadísticas más recientes señalan una tasa de impunidad del 87% en los casos producidos entre 2006 y 2020. "Desde 2017, la mayoría de estos crímenes han tenido lugar en países que no experimentan conflictos armados. Más del 60% de los asesinatos en 2020 ocurrieron en países bajo esas condiciones" señala la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay. "Los periodistas no solo están muriendo en el fuego cruzado de la guerra, sino que también son atacados por denunciar irregularidades y enfrentar al poder con la verdad".
Mediante un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha lamentado que durante el 2020, 62 periodistas fueron asesinados "solo por hacer su trabajo". "En muchos países investigar la corrupción, el tráfico, las violaciones de Derechos Humanos o asuntos medioambientales pone en riesgo la vida de periodistas" ha declarado. Guterres también ha lamentado las altas tasas de impunidad por el asesinato de periodistas y que "casi nueve de cada diez casos quedan sin castigo".
El Informe anual de la UNESCO sobre Tendencias Mundiales de la Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios muestra que los periodistas se enfrentan a amenazas como el secuestro, la tortura o la detención arbitraria, así como a campañas de acoso y desinformación, principalmente online. Las mujeres que se dedican al periodismo son especialmente vulnerables a este tipo de violencia en línea. Una recuente encuesta publicada por la organización en colaboración con el International Center for Journalists sobre violencia en línea demostró que el 73% de las periodistas encuestadas habían sido víctimas de algún tipo de violencia en línea y que el 20% habían sido atacadas físicamente por razones relacionadas con el acoso online.
En su comunicado, Guterres ha pedido a la comunidad internacional que muestre solidaridad con los periodistas y que los Estados trabajen para investigar y juzgar los crímenes contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación. "Cuando el acceso a la información está amenazado, se envía un mensaje que socava la democracia y el Estado de Derecho" ha concluido.
62 periodistas murieron el año pasado solo por hacer su trabajo. Ninguna sociedad puede ser libre sin periodistas que investiguen las malas acciones y digan la verdad sobre el poder. Insto a los países a que investiguen y procesen los crímenes cometidos contra ellos con toda la fuerza de la ley.
Las investigaciones de la UNESCO demuestran que la amenaza constante sobre los periodistas repercute en su trabajo y pueden llevar a los trabajadores a evitar realizar investigaciones controvertidas, a cubrir tema menos politizados e incluso a abandonar la profesión. Por ello, Azoulay recalca que los Estados tienen la obligación de proteger a los periodistas y garantizar que aquellos que cometen crímenes contra ellos son castigados. "Cuando los ataques contra los periodistas quedan sin castigo, el sistema legal y los marcos de protección han fallado a todos" señala la Directora General de la UNESCO.