En un movimiento similar al que realizó Google hace unos años, cuya matriz pasó a llamarse Alphabet. Esta decisión viene propiciada por la idea de Zuckerberg de crear un ‘metaverso’, es decir, un nuevo ecosistema económico de bienes digitales, a la que dedicarán gran parte de su tiempo e inversiones.
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha descrito el metaverso como “el siguiente capítulo de Internet" a su vez que el de su empresa. “A partir de ahora seremos metaverso primero, no Facebook primero”, ha indicado el empresario. También ha señalado que se crearán dos ramas, una para las aplicaciones sociales, como Facebook, Instagram o WhatsApp, y otra para las plataformas del futuro, como el mencionado metaverso.
Este cambio de nomenclatura no será prácticamente perceptible para los usuarios, porque solo cambiará el nombre de la matriz, no de la red social, que seguirá funcionando bajo el nombre de Facebook. La semana pasada, la empresa estadounidense anunció la intención de contratar a 10.000 personas en Europa para empezar a crear el metaverso. La propuesta es apostar por la realidad aumentada y virtual para conseguir una red social lo más “real” posible.
Zuckerberg ha señalado que supondrá una revolución para el empleo y la economía, mediante la cantidad de productos y servicios que se crearán que no están al alcance actualmente. Seguirá con el lema de Facebook de ofrecer herramientas y servicios al menor coste posible.
Las gafas de realidad aumentada aportarán al trabajador toda la información necesaria para desarrollar su labor con la mayor facilidad posible y contarán con un detector de movimiento que sea capaz de interactuar con el usuario. La meta es lograr un control del entorno para “fundir el mundo físico con el digital”.
No faltan las voces discordantes que expresan que este solo es un movimiento más de Facebook para enriquecerse aún más. Manuela Battaglini, directora de Transparent Internet, afirma que esta decisión responde a “la cultura de una empresa que tiene por único objetivo ganar dinero y tiene totalmente apartado cuidar el bien común", en unas declaraciones al diario Público.
Carlos Sánchez Almeida, director jurídico de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Expresión, expone los peligros de este movimiento y alerta de su uso en los más jóvenes. El nuevo metaverso, señala, "es una experiencia inversiva en una red social ya de por sí adictiva, de modo que puedes estar plantando un paraíso artificial a un niño que quizá no distinga la realidad de la ficción".