Las países desarrollados presentan cada vez sociedades más longevas y envejecidas. Ellos, las personas mayores, son los que han contribuido con su trabajo a que hoy el país posea el desarrollo económico, social y democrático del que goza e, incomprensiblemente, suelen resultar los grandes olvidados a ojos de las políticas nacionales. Esta tendencia de no abordar el envejecimiento como corresponde tiene la intención de cambiarla la ministra de Justicia, Pilar Llop. Por este motivo, en su asistencia a la presentación del primer Tratado de Derecho y Envejecimiento se ha querido acordar de la aportación de los mayores para después insistir en la necesidad de crear políticas de igualdad y no discriminación para ellos, un sector cada vez más amplio de la sociedad.