Ya han pasado tres semanas desde que la erupción del volcán Cumbre Vieja dio comienzo, desde entonces, su lava ya ha afectado a una superficie de 525,77 hectáreas y, todavía, mantiene a los servicios de emergencia pendiente. La última preocupación de estos servicios es la nueva colada que discurre al norte de la principal, ya que esta podría destruir zonas que habían quedado a salvo durante los primeros días. Otra de las preocupaciones es el cambio del viento, que amenaza con volver a dejar inoperativo el aeropuerto de La Palma.
Según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional del Gobierno de España, después de haber transcurrido tres semanas desde el inicio de la erupción, siguen activos los centros de emisión del cráter. Además, la constante actividad efusiva ha ampliado las coladas por el norte, continuando con su descenso hacia la zona de Todoque, zona que no había sido afectada por la colada principal.
En la actualidad existen dos ramales en la colada norte: la del sur, unida a la colada anterior, y la del norte, que se encuentra en el polígono industrial de Los Llanos de Aridane. Mientras tanto, la columna de ceniza y gases ha alcanzado ya una altura de 3.500 metros y, la fajana o el delta lávico, continúa avanzando en la profundidad del mar y extendiendo su superficie hasta situar su frente sobre la cabecera de un cañón marino. No obstante, se ha corregido el cálculo de esta superficie y, a pesar de que en los anteriores cálculos se decía que se aproximaba a las 40 hectáreas, con este último se ha fijado en las 34.
La sismicidad continúa siendo alta, manteniéndose en profundidades medias (entre 10 y 15 kilómetros) y profundas (más de 20 kilómetros). Con este nivel de sismicidad se prevé que continúen produciéndose más sismos sentidos, pudiendo originar derrumbes localizados en zonas de pendiente. Por otro lado, esta noche, el terremoto de mayor magnitud se ha producido a las 22:46 (hora canaria), fue de 4,3 y se produjo en Villa de Mazo, tuvo el foco a niveles muy profundos (a 39 kilómetros).
Además, el volcán emite 1.958 toneladas de dióxido de carbono diarias y 4.522 toneladas de dióxido de azufre, también diarias, estas cantidades, según los científicos, no representan ningún riesgo para los residentes ni para los visitantes de la isla.