La colada de lava del volcán de Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma alcanzó el mar este martes alrededor de las 23:00 (hora canaria), a la altura de la playa de Los Guirres. Ahora, se dirige a un acantilado de cerca de 100 metros de altura, dejando tras de sí columnas de humo tóxicas resultantes del encuentro entre el magma (1.000 grados centígrados) y el agua del océano (20 grados centígrados, aproximadamente).
El magma que ha llegado al océano lo ha hecho por la zona sur, que había iniciado su curso rodeando la montaña Todoque por su vertiente más alejada de Tazacorte. Esto se ha producido en menos de diez días después de haber comenzado la erupción, que comenzó el domingo 19 de septiembre. Sin embargo, el Cabildo de La Palma ha señalado que el recorrido de la lava "no ha provocado ninguna pérdida personal". Las autoridades recomiendan permanecer al menos a 3,5 kilómetros de la zona y advierten de los peligros sanitarios de las nubes nocivas resultantes del choque.
Ahora, la colada de lava está formando un delta que "poco a poco va ganando terreno al mar", según declaraciones del Instituto Español de Oceanografía. Estos deltas se crean debido a la solidificación de la lava al contacto con el agua. Esta se enfría y rompe, haciendo que los fragmentos se vayan sedimentando sobre el lecho marino. El proceso continuará mientras el flujo de lava se mantenga, por lo que irá creciendo, rellenando zonas anexas e incluso colapsando algunas ya formadas. Hasta el momento no se puede estimar el tamaño que ha alcanzado.
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) ha explicado que las columnas generadas del choque entre magma y mar están cargadas con ácido clorhídrico (HCl). "Estas columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, también contienen a su vez diminutas partículas de vidrio volcánico como consecuencia de la reacción que se produce entre la lava y el agua de mar", explica Involcán. Además, los expertos de la organización alertan del "peligro local" aunque "bien delimitado" para los habitantes de la zona costera.
Desde el Ministerio de Ciencia, ya se está estudiando las consecuencias de este choque para los ecosistemas y el suelo marino, así como las emisiones que esto producirá de cara a la atmósfera y los desprendimientos de laderas montañosas.