La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) ha publicado un análisis en colaboración con el Centro Climático de la misma entidad en el que se exponen los efectos que ha tenido la pandemia de coronavirus en el medio ambiente. Las catástrofes climatológicas que se han dado han incidido de forma grave en las vidas de 139,2 millones de personas y han acabado con la vida de 17.242 más.
El informe explica el impacto compuesto sobre la población que ha supuesto la incidencia de la Covid-19 y los fenómenos meteorológicos extremos. Así, desde Cruz Roja se traducen estos datos como una alerta ante la necesidad de abordar tanto la crisis sanitaria como la climatológica de forma "simultánea". La pandemia ha alterado el estilo de vida de los habitantes en cualquier parte del mundo, lo que ha hecho que los núcelos poblacionales sean más vulnerables de cara a los riesgos del clima.
Las cifras son extremas. Se calcula que 658,1 millones de personas con algún tipo de riesgo han sufrido temperaturas extremas, una de las amenazas o "vulnerabilidades superpuestas" a las que se enfrentan las sociedades, concretamente aquellas sin los recursos suficientes para superarlas.
Desde la IFCR, se ha justificado este análisis explicando que la pandemia "continúa causando estragos" con "impactos directos en la salud de millones de personas", además de llevar consigo una incidencia indirecta a nivel global debido a las respuestas de contención del virus implementadas en el último año. El presidente de la entidad, Francesco Rocca, ha señalado que "el mundo se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes" caracterizada por que variables como salud y clima "están llevando a las comunidades al límite". Rocca ha instado a los líderes gubernamentales a lo largo de todo el globo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, además de tratar los asuntos humanitarios "existentes e inminentes del cambio climático".
Cruz Roja asegura que "el gasto masivo en la recuperación de la COVID-19 demuestra que los gobiernos pueden actuar rápida y drásticamente frente a las amenazas globales". Por ello, recuerda que "es hora de convertir las palabras en hechos y dedicar la misma energía a la crisis climática". Rocca ha recapitulado alertando de que "la crisis climática está aquí y debemos actuar ahora".
La crisis alimentaria, aparejada a la amenaza de la Covid-19
Se trata de otro de los problemas de los fenómenos meteorológicos extremos que se han visto agravados por la pandemia. Los sistemas de salud se han visto colapsados y los colectivos más vulnerables han recibido la peor parte. Cruz Roja explica que en el caso de Afganistán, la sequía ha provocado un parón completo de la producción agrícola y una disminución del ganado, dejando a los habitantes "hambrientos y desnutridos", además de situados en un contexto de guerra y presión internacional.
La IFCR también ha utilizado los casos de Honduras y Kenia para ejemplificar la situación extrema. Por un lado, los huracanes hondureños que se han producido durante la pandemia han supuesto la pérdida de "refugios temporales" a miles de personas, que ya contaban con aforo reducido para controlar el virus. Kenia, por su parte, sufre de sequías e inundaciones periódicas, además de plagas de langostas. Esto "aumenta la inseguridad alimentaria mientras que las restricciones de la COVID-19 ralentizaron la llegada de ayuda humanitaria", explica Cruz Roja.