Finalmente, España ha conseguido bajar la barrera psicológica de los 100 casos de covid-19 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Estas cifras no se conseguían desde hace casi tres meses, cuando inició la quinta ola que ahora se da por cerrada.
Desde que el pasado 25 de junio se dio una incidencia de 95 casos, no se han vuelto a registrar cifras inferiores a los 100 contagios. En aquel entonces no se esperaba el comienzo de una nueva ola, desencadenada por cierta apertura de restricciones, el inicio de las vacaciones y los viajes de fin de curso que fue el caldo de cultivo ideal para que el virus se extendiese entre los jóvenes. Han sido 83 días en los que España se ha encontrado por encima de los 100 casos, en los que se han contabilizado casi 1,3 millones de contagios con una edad media que no supera los 30.
A lo largo de esta ola se ha visto un cambio notable gracias a las vacunas, ya que, debido a ellas, la población ha podido protegerse de caer gravemente enferma o de morir. De hecho, los más afectados por las consecuencias del coronavirus han sido los mayores de 80 años, que, a pesar de estar vacunados, presentan una salud más frágil y al haber sido los primeros en ser vacunados han ido perdiendo poco a poco la inmunidad.
Otra característica de esta ola es la ruptura del patrón de la curva de muertos. Esta curva seguía a la de los contagios, imitando sus movimientos dos semanas después, pero en esta ola se ha roto esa similitud. La curva de fallecidos no ha subido de la misma manera, habiendo muertos, pero muchos menos que en las anteriores olas. Desde finales de junio se ha informado sobre 5.800 fallecidos. Esto significa que en la quinta ola solo ha fallecido el 0,46% de los contagiados con una media de 70 decesos al día. Esto, si lo comparamos con la tercera ola, demuestra la eficacia de las vacunas. En la tercera ola hubo 1,5 millones de contagios y se sumaron 25.700 muertos, casi cinco veces más que en la quinta ola.
Tampoco el número de hospitalizaciones por coronavirus se ha parecido al de las anteriores olas. Desde finales de junio han ingresado a más de 3.800 personas en cuidados intensivos y a más de 41.000 en planta, la mayoría de estos ingresos eran personas sin vacunar, con patologías previas o personas con más de 80 años. Mientras tanto, en la tercera ola el número de ingresados superó los 110.000 y los pacientes de UCI fueron aproximadamente 11.000.
La disminución actual de casos no se ha visto desde los meses de confinamiento estricto tras estallar la pandemia. “Estamos en ritmos tan bajos, que siga en algunas comunidades reduciéndose al 30% - 40% e incluso la mitad de los datos intersemanales no se había visto nunca”, señala Miguel Ángel Reinoso, que ha analizado desde Twitter los datos de covid durante toda la pandemia.
Y es que, ciertamente, la situación es cada vez mejor. Ya son siete las comunidades autónomas que han logrado bajar la cifra psicológica de los 100 casos por cada 100.000 habitantes y la incidencia acumulada en los últimos informes se ha situado en 96,30 casos por cada 100.000 habitantes.