El denunciante de la falsa agresión en el barrio madrileño de Malasaña confesó este miércoles por la tarde a la Policía que las heridas de cuchillo en el glúteo fueron consentidas. El joven ocultó a su pareja que había mantenido prácticas masoquistas con otros hombres, mediante la denuncia de un asalto de ocho encapuchados a la entrada de su portal. Así, ha rectificado su declaración inicial admitiendo la verdad frente a un policía que se había ido ganando su confianza.
Ante numerosas contradicciones y falta de indicios en cámaras de seguridad y testimonios, la policía llamó ayer por la tarde a la supuesta víctima para volver a repasar lo ocurrido. Fue entonces cuando el joven se derrumbó ante los agentes alegando que "se le había ido de las manos" y que "solo quería tapar" lo ocurrido para que su pareja no descubriese la verdad.
El chico de 20 años aseguró que, después de dichas relaciones sexuales, se percató de la gravedad de las lesiones en labio y glúteo. Seguidamente, su novio, alertado por el joven, le ayudó a sanar las heridas. La falsa víctima, tratando de ocultar la situación, decidió denunciar la versión de la agresión, también tras las insistencias de su pareja y la enfermera que le atendió de seguir el protocolo de agresiones.
Irene Montero, ministra de Igualdad, ha querido recordar este miércoles a través de su cuenta de Twitter que los delitos de odio han aumentado considerablemente a lo largo de este 2021. Ha querido dejar claro que las denuncias falsas no invalidan los demás testimonios ni la lucha de todo un colectivo. "Que el árbol no nos impida ver el bosque", ha recalcado. También, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha exigido no banalizar los delitos de odio debido a un falso testimonio. "El propio Ministerio del Interior, siendo conocedor de lo que este asunto había atraído a la opinión pública, dio la noticia y expuso lo que había acontecido en el desarrollo de la investigación", ha recalcado acerca de la actuación de su cartera.
Adrián, portavoz de Movimiento Marika Madrid, explica que "ha habido otras cinco agresiones en las últimas fechas". "Que una no lo sea no implica que no sigamos en peligro, el acto no era por este último caso”, señala.
Asimismo, desde asociaciones defensoras del colectivo LGTBI como Cogam o Movimiento Marika Madrid siguen organizando concentraciones contra las agresiones homófobas como la de ayer en la Puerta del Sol, en el centro de la capital. "Sabemos que la extrema derecha lo va a utilizar como argumento para su negacionismo", explican los convocantes de la manifestación, que urgen a reunirse de nuevo en Sol este sábado a las siete de la tarde.
La policía investigó la supuesta agresión, contrastando cámaras de seguridad de la calle donde se encuentra la vivienda del joven y otras colindantes. También recabaron testimonios de vecinos y trabajadores de la zona, pero ninguna de estas fuentes aportaron resultados sólidos mediante los cuales continuar la investigación. Fue el registro del móvil y redes sociales del joven lo que hizo saltar las alarmas de la policía. Encontraron mensajes en los que el chico quedaba con otras dos personas para realizar prácticas masoquistas.