Estados Unidos no descarta la posibilidad de negociar con los taliban para tratar de contener a los grupos terroristas. Aunque el Pentágono asegura que siguen sin confiar en ellos y que no creen que se vaya a dar un cambio en sus métodos de actuación, la colaboración con el régimen no es imposible. Esta estrategia responde a la intención de Estados Unidos de evitar a toda costa que Afganistán vuelva a convertirse en un refugio para los grupos terroristas. La cuestión se encuentra ahora en si la Casa Blanca podrá establecer alguna alianza con aquellos que ha considerado sus enemigos y con los que lleva librando una guerra los últimos 20 años.
Estados Unidos se plantea colaborar con el nuevo Gobierno afgano para derrotar al grupo terrorista ISIS-K, responsable del atentado en el aeropuerto de Kabul en el que fallecieron 170 personas, entre ellas, 13 estadounidenses. Así lo ha anunciado el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, en una rueda de prensa junto al Secretario de Defensa, Lloyd Austin. En ella aseguró que, aunque no cree que vayamos a ver un cambio de actuación en los taliban, la colaboración ellos "es posible". Austin añadió que hasta el momento las negociaciones con ellos se habían ajustado a un número "muy limitado de cuestiones", pero que durante las últimas semanas se necesitó de un mayor consenso para conseguir la evacuación de sus ciudadanos.
Las dudas a las que se enfrenta Estados Unidos ahora se centran en la fiabilidad de firmar una alianza con aquellos con los que llevan dos décadas luchando y que ya firmaron un acuerdo en 2020 con el anterior presidente, Donald Trump, que no obtuvo los resultados esperados. Se acordó un "alto al fuego permanente y completo" que resultó en el avance de los insrgentes y, finalmente, la toma del país.
Además, a pesar de que estadounidenses y taliban tienen a ISIS-K como enemigo común, algunas de las recientes acciones del gobierno afgano son contrarias a los intereses norteamericanos, como la reciente decisión de liberar de las cárceles a todos los detenidos por EE.UU. durante los últimos años. Esta acción ha resultado en la liberación de unos 2.000 combatientes del grupo terrorista que han vuelto a unirse a sus filas.
Sin embargo, si la principal preocupación de la administración Biden es evitar los ataques terroristas contra su población, no quedan muchas opciones para el presidente fuera de negociar con los taliban, aunque esta colaboración resulte en una gran frustración sumada al existente malestar causado por la retirada del Ejército del país.