Según un informe presentado este lunes por diversas agencias de Naciones Unidas casi el 10% de la población mundial sufre desnutrición, llegando a ser entre 720 y 811 millones de personas las que sufren este problema.
Por culpa, en parte, de la pandemia que estamos sufriendo el hambre se ha disparado. En los datos del 2020 se mostró que en ese año había 161 millones más de personas subalimentadas que el año anterior en lo que el documento considera que es un “empeoramiento espectacular” de la situación alimenticia a nivel global. Estos datos son bastante alarmantes, ya que en 2019 la población mundial que padecía subnutrición era un 8,4% y en el 2020 este porcentaje alcanzo el 9,9%.
Este informe, además, advierte que si no se realizan grandes cambios será imposible cumplir una de las principales metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): acabar con el hambre para el 2030.
Aunque la pandemia y la crisis económica que trajo consigo han sido los principales motivos que han provocado el aumento de hambre en 2020, el documento indica que el coronavirus es “solo una pequeña parte de un problema mucho mayor”. En el documento se señala esto porque la evolución en este ámbito, es decir, en la situación alimenticia mundial, ya era mala desde hacía años, y factores como la crisis climática, sistemas alimenticios ineficientes y los conflictos también hacían mella en los intentos de terminar con este problema que nos lleva persiguiendo desde el principio de los tiempos.
Por ello, para intentar oponerse al aumento del hambre, el informe indica la necesidad de aplicar medidas como aumentar la resiliencia al cambio climático y a los problemas económicos de los más vulnerables, hacer frente a la pobreza y a las desigualdades estructurales, consolidar la paz en zonas de conflicto, modificar las pautas de consumo para que sean más nutritivas e intervenir en las cadenas de suministro para disminuir el precio de los alimentos nutritivos.
Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, ha respondido al informe con un comunicado en el que señaló lo siguiente: “La covid-19 ha empeorado las cosas y ha dejado clara la conexión entre desigualdad, pobreza, alimentación y enfermedades”. También mencionó que, aunque la producción de comida ha aumentado en un 300% desde mediados de la década de 1960, la malnutrición sigue siendo un problema importante.