El Ministerio de Sanidad ha notificado 32.607 casos y 23 muertes por COVID-19 este fin de semana, suponiendo un aumento de la incidencia acumulada de 14 días a 200 casos por cada 100.000 habitantes. Navarra, Cantabria y Baleares han implantado nuevas restricciones frente a la expansión del virus; País Vasco y Murcia ya se plantean tomar medidas; y Cataluña acaba de decretar nuevamente el cierre del ocio nocturno.
El lunes de la semana pasada, Sanidad notificó 10.179 casos positivos registrados durante el fin de semana, por lo que ha habido un aumento drástico en el número de casos, debido, principalmente, al “macrobrote” de Mallorca y a la apertura del ocio nocturno en el que participan mayormente los más jóvenes, el grupo de edad en el que se concentra la nueva ola.
La incidencia acumulada se sitúa ya por encima de los 200 casos, en concreto en 204,16 frente a 152,82 el viernes. En total, en España se han contagiado por coronavirus 3.866.475 personas según las estadísticas oficiales, 96.874 en las últimas dos semanas.
En cuanto a los fallecimientos se han añadido 23 nuevos fallecimientos este fin de semana situando la cifra total desde el inicio de la pandemia en 80.934 personas con prueba diagnóstica positiva fallecidos. En total, en la última semana, han fallecido 40 personas por coronavirus.
Respecto a la presión hospitalaria, el aumento de contagios se refleja en estas cifras de forma ligera ya que la mayoría de los casos positivos son personas jóvenes que no están pasando la enfermedad de forma severa. Por tanto, actualmente e. Así, la tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 2,26 por ciento (1,99% el viernes) y en las UCI en el 6,73 por ciento (6,39% el viernes).
La alta incidencia también se debe al gran número de pruebas diagnósticas que se están realizando en personas asintomáticas relacionadas con el macrobrote de Mallorca, pues el rastreo de este evento concreto ha supuesto una gran facilidad a la hora de contactar con posibles positivos. En total se han realizado 736.228 pruebas diagnósticasentre el 25 de junio y el 1 de julio con una tasa total de positividad del 8,38 por ciento, frente al 5,87 por ciento de el viernes.
El aumento de los contagios ha supuesto que varias comunidades autónomas se planteen endurecer de nuevo las medidas de seguridad e implantar nuevas restricciones. Las primeras comunidades en intentar poner freno a esta ola han sido Navarra y Cantabria, que han limitado de nuevo el ocio nocturno, cerrando los locales nocturnos, en Cantabria, en los 16 municipios de la región con un nivel de riesgo medio. Cataluña ha anunciado este martes el cierre, nuevamente, del ocio nocturno ante la subida del número de contagios.
Baleares, donde se ha originado el brote, también ha decido tomar medidas y solo se permitirán 100 personas en el interior de los espacios públicos y 200 en el exterior, con una ocupación de seis personas en mesas en el interior y de diez en el exterior, aunque la hora de cierre seguirá siendo las dos de la madrugada.
País Vasco o Murcia también se plantean implantar restricciones. En el caso del País Vasco, el lehendakari Iñigo Urkullu ha asegurado que la decisión que tomen se conocerá este miércoles y en Murcia, el presidente Fernando López Miras ha asegurado que “si la incidencia sigue aumentando, tendremos que dar pasos atrás y establecer de nuevo el uso de la mascarilla en exteriores”.
También se ha pronunciado a favor de la implantación de nuevas restricciones, Castilla y León, donde el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha anunciado que “está previsto que sea este martes cuando la consejera de Sanidad, Verónica Casado, informe en rueda de prensa de las conclusiones”.
Por el contrario, Andalucía no piensa endurecer las medidas porque, según aseguró el vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, podría suponer “un paso atrás en la creación de empleo” de la comunidad. En esta línea se han pronunciado también las autoridades de Castilla-La Mancha que consideran que la nueva ola no supone un grave problema ya que la tasa de ocupación en hospitales sigue siendo muy baja en la comunidad.