Este martes, el Consejo de Ministros aprobó, en una de las decisiones más controvertidas y valientes de la Legislatura, los indultos parciales que sacarán de la cárcel a Oriol Junqueras y al resto de dirigentes políticos que en el año 2017 protagonizaron los hechos del procés de independencia de Cataluña. El presidente Pedro Sánchez compareció tras la reunión de su Gabinete para explicar que se trata de una medida que es parcial y que está condicionada a que los nueve indultados no cometan nuevamente delitos graves en un espacio de tiempo que va de los tres a los seis años. Las penas de inhabilitación siguen vigentes por lo que todos los lideres independentistas no pueden ocupar puestos públicos los años que impuso el Supremo.
Pedro Sánchez compareció este martes tras la reunión del Consejo de Ministros a las puertas de La Moncloa para comunicar la decisión de indultar parcialmente a los nueve condenados por el procés de Cataluña. Se trata de uno de los hechos más controvertidos de la Legislatura y que marcará un antes y un después en la cuestión catalana que no ha hecho más que empeorar año tras año desde que en 2006 se recortase el nuevo Estatuto de Cataluña en el Constitucional. Con la intención de abrir un nuevo tiempo de diálogo y de búsqueda del consenso, el presidente socialista aprueba esta medida de gracia que no es el final de nada sino el principio de un camino que el tiempo dirá donde nos conduce.
La intervención de Sánchez fue breve y sin preguntas, algo que se ha criticado en todos los medios de Comunicación, y que Moncloa debería evitar en el futuro. Pero lo cierto es que el Ejecutivo en pleno lleva semanas hablando y explicando su posicionamiento político en esta cuestión. Precisamente, el pasado lunes, el propio presidente anunció en el Liceo de Barcelona su decisión ante 300 personas de la sociedad civil.
El presidente socialista explicó que los indultos concedidos a los condenados del procés son parciales, es decir, conmuta la pena pendiente de prisión aunque se mantienen las condenas por inhabilitación. Además, los condenados están condicionados a no cometer un nuevo delito grave durante un plazo de tiempo determinado.
Sánchez afirmó que el Consejo de Ministros considera que existen ciertas razones de utilidad pública para que se tome esta medida de gracia. Para el Ejecutivo existe una “necesidad de restablecer la convivencia y la concordia en el seno de la sociedad catalana y en el conjunto de la sociedad española” que pasa por indultar a los condenados del procés.
El presidente aclaró que la medida de gracia del Consejo de Ministros no exige que los condenados “deban cambiar sus ideas”. “Las personas encarceladas jamás fueron sancionadas por sus ideas, sino por sus actos contrarios a lalegalidad democrática” dijo Sánchez, resaltando que “una democracia fuerte, como es la española, no pide a nadie que renuncie a sus ideas pero exige que todas las ideas se defiendan en el marco de la legalidad y con respeto a los derechos de todos y de todas los españoles y españolas”.
El presidente del Gobierno destacó que comienza una nueva etapa en la que será primordial el diálogo entre los políticos catalanes y el Ejecutivo, una etapa para tender puentes entre personas que no pueden ignorarse porque, según Sánchez: "España sin Cataluña simplemente no sería España, como Cataluña sin el resto de España, no sería Cataluña".
Por ello, Sánchez se comprometió a que su gobierno trabaje para el entendimiento y nunca para el enfrentamiento y pidió que en esta nueva etapa los dirigentes de ambos bloques se centren "en mejorar la vida de nuestro pueblo, en estos tiempos de dificultades y de muchas esperanzas”.