El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, considera que el Ejecutivo está "decidido a normalizar la convivencia y la política en Cataluña" y para ello está dispuesto el coste político necesario para afrontar el indulto a los dirigentes condenados por el procés. Eso es "lo que significa tener capacidad para tomar decisiones que implican coste y tener la visión para encontrar vías de solución".
La cuestión catalana vuelve a protagonizar la actualidad política lo que significa que la crisis sanitaria se da por casi por superada gracias al excelente plan de vacunación que hará que esta semana haya 10 millones de españoles que estén totalmente protegidos ante la Covid19.
La semana pasada el Tribunal Supremo emitió su informe sobre la petición de los indultos a los condenados del procés, que ellos mismos no han pedido, y dejó claro que jurídicamente no hay argumentos para que se de luz verde a la medida. Fue incluso más allá y desde la judicatura se entró en el terreno de la político algo que no debe ocurrir pero que por desgracia ocurre con bastante frecuencia. Ese es otro de los problemas que deberá afrontar el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero hay espacio para la política y ahí el Ejecutivo tiene toda la legitimidad y la obligación de optar por la que consideren la decisión más correcta.
Ahora lo urgente y lo perentorio es la crisis política de Cataluña que durante más de 10 años sólo ha tenido una única receta: no hacer nada. Es a lo que se dedicó el anterior presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. No hay que olvidar que fue con el PP en Moncloa cuando los independentistas cruzaron todas las líneas rojas y convocaron un referéndum ilegal además de aprobar unas leyes de desconexión inconstitucionales que quedaron automáticamente anuladas por nuestro Tribunal Constitucional. La respuesta del Gobierno de España de entonces fue activar el artículo 155 de la Constitución y retirar la autonomía a Cataluña para a continuación convocar unas elecciones regionales. El PSOE desde la oposición dio todo su apoyo al entonces presidente y respaldó su iniciativa a sabiendas de que lo que ofrecía no servía para solucionar el problema de fondo, como después se ha visto. Ahora ese PP, en la oposición, hace todo lo contrario de lo que recibió y ha encontrado un nuevo asidero al que agarrarse para seguir desgastando al Gobierno. Por eso se une a la movilización del próximo 13 de junio en Madrid y por eso vuelve a recoger firmas, esta vez en contra de los indultos, al igual que en el pasado recogió firmas en contra del Estatuto de Cataluña que fue el inicio de todo lo que vino después.
La opción de los socialistas es la vía del diálogo, la recuperación de las relaciones, la desinflamación de la tensión y la búsqueda de soluciones conjuntas siempre dentro de la Constitución y del Estatuto de Cataluña.
Ahora, para iniciar ese camino el PSOE tiene que tomar la que probablemente sea la decisión política más difícil de la legislatura y es conceder el indulto parcial a los 12 dirigentes catalanes condenados por los hechos del año 2017. Esta decisión tendrá un coste político que solo el futuro dirá si es muy grande o no, si es asumible o no.
El secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, en una entrevista en La Vanguardia ha dicho ya que "el Gobierno está decidido a normalizar la convivencia y la política en Cataluña" y, para ello asumirá el coste de esta decisión. "Gobernar significa tener la capacidad para tomar decisiones que implican coste, y tener la visión para encontrar vías de solución".
El dirigente socialista tiene claro que hemos llegado hasta aquí por la indolencia del ex presidente Mariano Rajoy que durante su mandato "debilitó" su proyecto lo que le llevado a caer casi en la irrelevancia en Cataluña, como quedó demostrado en las últimas elecciones autonómica en las que el PP fue la última fuerza política superada incluso por la ultraderecha.
Ábalos afirma que "el PP nunca piensa en Cataluña" y lo que hace es que utiliza los problemas para "sacar réditos electorales en otras comunidades donde puede vender un nacionalismo español".
Tras la difícil decisión sobre los indultos, el Ejecutivo de Sánchez podrá iniciar su propuesta para Cataluña que pasa por retomar la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y la Generalitat. Será algo que la derecha tampoco aceptará como ya ocurrió en la primera concentración de la Plaza de Colón del año 2019. Ahora, el próximo 13 de junio, el bloque de la derecha y la ultraderecha volverá a su icónica plaza para arremeter contra el gobierno e intentar acortar la legislatura, algo bastante improbable. Lo que no se oirá en Colón será la propuesta de esas formaciones para terminar con el problema catalán porque no la tienen y porque ni siquiera reconocen que en Cataluña haya problema alguno.
EL PSOE PIDE AL INDEPENDENTISMO QUE TAMBIÉN SE ARRIESGUE
Desde el Gobierno asumen que tendrán que pagar un coste electoral tras la decisión de indultar a los presos y por ello pide también al nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que asuma riesgos y sea valiente ya que consideran que las formaciones catalanas deben "decirle a la ciudadanía las cosas como realmente son, no como les gustaría que fueran". Saben las formaciones independentistas que deben alejarse de vías unilaterales, que deben olvidar la ensoñación de una futura República Catalana y que su camino pasa por más autonomía y más autogobierno que ofrezca a los catalanes y catalanas el encaje con España lo que supondrá para todos mayores cotas de progreso.