La Comisión de Salud Pública se reúne este martes para debatir la viabilidad de esta propuesta. El objetivo es que un mayor número de población vulnerable reciba la primera dosis distanciando la segunda administración hasta las seis u ocho semanas.
El Gobierno y las comunidades autónomas están barajando la posibilidad de cambiar la estrategia de vacunación de Pfizer y Moderna en menores de 79 años. La segunda dosis de estas dos vacunas de ARN mensajero se aplica a los 21 y 28 días respectivamente y la propuesta defiende ampliar el tiempo para administrar la segunda dosis a seis u ocho semanas para así poder vacunar a un mayor número de población vulnerable con la primera.
Esta estrategia, que siguen países como Reino Unido y que han solicitado comunidades como Cataluña o Andalucía, se debatirá este martes por los técnicos de la Comisión de Salud Pública y de ser aprobada por el Consejo Interterritorial, supondría desmarcarse de las recomendaciones de los fabricantes y de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
El debate para cambiar la estrategia de vacunación ha surgido debido a la amenaza de una cuarta ola y una limitación de la llegada de vacunas a España. Por lo que la intención sería tener vacunado al mayor número de personas vulnerables con la primera vacuna y, aunque no estén inmunizadas totalmente, se limiten los impactos graves en la salud de más personas.
Esta propuesta de vacunación ha generado diversidad de reacciones con expertos a favor y otros en contra. La EMA defiende que las vacunas del Covid-19 “deben usarse tal y como se describe en el prospecto del producto”.
Daniel López-Acuña, epidemiólogo y exdirectivo de la OMS, explica que en su opinión esta estrategia “no es la más adecuada y no se ajusta a las fichas técnicas y las recomendaciones de la EMA sobre esas vacunas. Si se posterga, debe ser dentro de la ventana que fue aprobada por la EMA: 42 días. No más allá. Sanidad trabaja con la hipótesis de que va a funcionar, pero no es la base sobre la que se aprobaron las vacunas”. Además, defiende que para reducir el riesgo de esta población más vulnerable lo que hay que hacer es “no prescindir de Janssen y AstraZeneca”.
Joan Carles March, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, y Alex Arenas, matemático e investigador, defienden que ambas estrategias tienen sentido y que lo importante es potenciar la vacunación con todos los fármacos disponibles.
El científico Gorka Orive es partidario de seguir esta nueva propuesta y el modelo de Reino Unido: “No es arriesgado retrasar la segunda dosis. Esa estrategia la ha seguido el Reino Unido y ha conseguido un número de personas vacunadas muy importante”. Siguiendo en esta línea, el virólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio López Guerrero, explica que “parece razonable, ha funcionado en Reino Unido. Me parece una buena idea abarcar al mayor número de personas con la primera dosis, de cara a esta cuarta ola que se está consolidando, y poner la que sería la dosis de refuerzo hasta, quizá, ocho semanas después”.