La presencia femenina en los cargos de alta responsabilidad de la sociedad sigue siendo mínima, con solo 22 países liderados por una mujer. Con este progreso, no se llegaría a la paridad hasta dentro de 130 años, por lo que es necesario fomentar herramientas que aceleren el proceso como las cuotas o la financiación inclusiva para favorecer las oportunidades de las mujeres.
La situación laboral de la mujer continúa sufriendo una gran discriminación. Se han producido avances, pero no los suficientes y de forma muy lenta. El sector femenino tiene que lidiar con un mundo laboral con remuneraciones más bajas y exigencias en su vida personal que hace más difícil que no pueda progresar en su carrera profesional. Esta discriminación hace que el sector femenino tenga una serie de barreras que dificulta su llegada a los puestos relevantes de la sociedad, por lo que las desigualdades en estos cargos son mayores y estudios revelan que hay muy pocos cargos de mujeres en estos puestos, y las que hay, cobran menos que los hombres en sus mismos puestos.
Uno de los casos más representativos se produce en los líderes de Estado. Solo 22 países tienen a la cabeza a una mujer, por lo que con el progreso que se ha dado hasta la fecha, la igualdad para las mujeres y la paridad en estos puestos no llegaría hasta dentro de 130 años. Las Naciones Unidas cifra en un 25% los escaños a nivel mundial que están ocupados por mujeres y solo 14 países tienen gabinetes paritarios, un claro ejemplo de la desigualdad que se produce en la administración pública.
La lista publicada por el Foro Económico Mundial sitúa a España como uno de los países punteros en cuanto a la paridad en la administración política, ocupando el octavo lugar en este ámbito, dato que muestra que la brecha de género se ha reducido un 79,5%. Por otro lado, en cuanto a la participación económica y oportunidades España cae hasta la posición 72, por lo que aún se deben hacer progresos hasta llegar a una situación laboral con igualdad de oportunidades.
Este problema se debe a una serie de barreras discriminatorias que hay en la sociedad que impide que las mujeres tenga igualdad de condiciones para optar a estos cargos, tal y como explica Marta Val, experta de la sección de Participación y Liderazgo de las Mujeres en la ONU. Para ella, la política es una actividad en la que continúa el liderazgo de los hombres prácticamente intacto, ya los parlamentos y organismo políticos han sido “históricamente diseñados y ocupados por hombres”. Marta Val afirma que estas barreras hacen que las oportunidades de las mujeres se reduzcan y tengan un menos acceso a optar a estos cargos relevantes. Además, recuerda la presencia histórica de la mujer al ámbito privado y que este pensamiento aún se mantiene en la sociedad, ya que las mujeres emplean más del doble de tiempo que los hombres en tareas domésticas no remuneradas.