El ministerio fiscal ha manifestado que los militares se expresaron en la confianza de estar entre amigos y ve los mensajes como una dura crítica política amparada en la libertad de expresión.
La investigación al grupo de Whatsapp de miembros de la XIX promoción del Ejército del Aire ha sido archivada después de que la Fiscalía Provincial de Madrid haya manifestado que no aprecia delito de odio debido a que los mensajes de los militares se hicieron en una conversación de “confianza entre amigos”, pese a que en el chat aparecían mensajes que hablaban de dar un golpe de Estado y amenazas hacia la izquierda española con mensajes como “fusilar a 26 millones de hijos de puta”. Los integrantes que formaban el chat ‘La XIX del Aire’ eran militares retirados, algunos de ellos hace más de 40 años.
La Fiscalía empezó la investigación del grupo de Whatsapp de los militares el pasado mes de diciembre debido a que los medios de comunicación se hicieron eco y se difundieron algunos de los mensajes. Ante esto, la ministra de Defensa, Margarita Robles, envió un escrito por si podrían ser constitutivos de delito.
En esta investigación solo han sido juzgados los mensajes que han transcendido a la prensa, según informa la Fiscalía de Madrid, ya que el resto de mensajes que no se han hecho públicos pertenecen a un chat privado, tal y como han destacado tanto el Ministerio como la Brigada Provincial.
“No concurren elementos que permitan inferir que el chat fue creado al objeto de promover, fomentar o incitar el odio, la hostilidad o la violencia hacia un colectivo de los expresamente contemplados como grupo” comunicó el Ministerio Fiscal al descartar el suceso como delito de odio, ya que lo ve como un chat privado en el que no se pretende dar publicidad fuera del grupo a estas ideas y los integrantes exponen con libertad sus opiniones en un grupo de confianza.
En cuanto a la terminología expresada en los mensajes, la Fiscalía las ve como palabras inapropiadas, pero no delictivas: “Los términos utilizados podrán reputarse inapropiados, excesivos y desafortunados, pero no nacieron con voluntad de publicidad, por lo que la intencionalidad de los mismo no puede ser equiparada a actos materiales del mundo exterior, sino más bien a una forma de expresar el descontento con la situación política actual”. Además, destaca que no se pueden contextualizar los mensajes.
Por tanto, la Fiscalía lo interpreta como una dura crítica, pero dentro de la libertad de expresión y de opinión. También ha querido aclarar que la libertad de información comprende que esta sea veraz para ser legítima, mientras que la libertad de expresión es la “emisión de juicios personales y subjetivos y la veracidad no entra en juego, ya que no pueden ser calificadas como veraces o no en una sociedad democrática avanzada.