Este jueves, la Sexta organizó el último debate electoral entre los nueve candidatos a las elecciones autonómicas del próximo domingo 14F. Y los ataques personales, las calumnias y los bulos contra el favorito al triunfo en las urnas, el socialista Salvador Illa, fue la tónica predominante durante las dos horas de debate. El ‘juego sucio’ contra el candidato del PSC se vislumbró desde el minuto 1 con la candidata de JxCAT, Laura Borrás, invitando al ex ministro a abandonar el plató por no utilizar la mascarilla y no haber pasado una prueba PCR. También se lo pidió el representante de ERC, Pere Aragonés; y los ataques se sucedieron en mayor o menor medida por parte de los otros 6 candidatos. El dirigente socialista zanjó la cuestión explicando que el protocolo solo recomienda una prueba de Covid si se tienen síntomas o si es contacto directo con un positivo algo que no ha ocurrido. Después se centró en explicar su proyecto y en hacer un llamamiento a todos a que se ‘pase página de la década de la confrontación fomentada por los independentistas y se abra una nueva etapa de reconciliación y progreso en Cataluña".
Las encuestas llevan semanas pronosticando un resultado tremendamente apretado para las próximas elecciones catalanas del domingo. Pero casi todas coinciden en que Salvador Illa será el ganador de los comicios, y en cualquier caso parecería que tres partidos podrían tener un triple empate, escaño arriba, escaño abajo. Aunque eso no significa que pueda gobernar ya que el panorama poselectoral será enrevesado y muy difícil para conformar una mayoría parlamentaria estable que permita que los catalanes y las catalanas tengan una legislatura tranquila.
Fue el último debate electoral con todos los candidatos (excepto la de la CUP que fue sustituida por otra compañera de partido) y se notó mucho en la carga de artillería que casi todos los canditatos exhibieron. Quizá Illa fue el único que se centró en pasar página, mirar al futuro, y buscar un gobierno de cohesión para todos los catalanes. Fueron nueve los participantes, pero ocho de ellos tenían en mayor o menor medida la misma estrategia: atacar al favorito, el ex ministro Salvador Illa. Incluso se llegó a las calumnias, los bulos y los ataques personales en un debate bronco que ocupó más tiempo en cuestiones del “marketing político” que en los verdaderos problemas de los electores.
En el debate, moderado por Ana Pastor, estuvieron Carlos Carrizosa (Cs), Pere Aragonés (ERC), Angels Chacón (PDeCAT), Laura Borrás (JxCAT), Ignacio Garriga (Vox), Alejandro Fernández (PP), Dolors Sabater (CUP), Jéssica Albiach (Comuns) y Salvador Illa (PSC).
La primera intervención, la de la candidata independentista de Puigdemont y Torra, Laura Borrás, anticipó por dónde irían los ataques contra Illa. La dirigente catalana invitó a Illa a abandonar el plató o a ponerse una mascarilla ya que le acusó de no querer hacerse una PCR con lo que, según su opinión, les estaba poniendo a todos en peligro, como si el ex ministro fuera una especie de ‘apestado’. Le siguió en esa estrategia Pere Aragonés y otros candidatos. Querían así abonar las sospechas insidiosas que en los últimos días han llegado a decir que Salvador Illa está enfermo por Covid y lo oculta, o que se ha vacunado y lo oculta…
El candidato socialista zanjó la cuestión en su primera intervención y dijo que los protocolos establecen que las pruebas de Covid son para personas con síntomas (que él no tiene) y para contactos directos con contagiados (que él no ha sido). Y, por tanto, después de más de un año informando y recomendando a los ciudadanos españoles de la importancia de seguir los protocolos oficiales sanitarios no consideraba adecuado romper esos mismos protocolos. Además, explicó que se ha pasado del “todos contra Illa” al “contra Illa vale todo” y acusó a sus adversarios políticos de calumniar para erosionar sus expectativas electorales. Illa manifestó que “rechazo los privilegios y las sobreactuaciones. Yo hago lo que le he pedido a los ciudadanos”.
El candidato del PSC, aprovechó sus turnos de palabra en el debate para exponer sus planes si llega a ser president de la Generalitat. Así dijo que su principal objetivo será abordar este 2021 la vacunación y la recuperación. Explicó que quiere fortalecer la sanidad pública, con una inversión de 5.000 millones en los próximos cinco años; mejorar las infraestructuras y poner en marcha un plan de coordinación en las residencias de mayores.
Más a largo plazo, Salvador Illa expresó sus tres objetivos para la legislatura: recuperar el liderazgo económico, rescatar la economía de la “nueva foto de Colón del independentismo” y rescatar a las empresas y a las personas. Además, prometió la creación de 140.000 puestos de trabajo en tres años.
El dirigente socialista se refirió a la nueva foto de Colón que supone para él la firma de los partidos independentistas de un compromiso de no contar con el PSC para conformar Gobierno, sea cual sea el apoyo electoral. Intentan así levantar un “cordón sanitario” contra los socialistas catalanes y quieren seguir con su deriva independentista que tanto daño ha causado ya a Cataluña y a los catalanes.
El presidente en funciones de la Generalitat y candidato de ERC, Pere Aragonés, arremetió también contra Vox y puso de manifiesto que habría que hacer un cordón sanitario a la ultraderecha “ya sé que Garriga me querría en la cárcel, pero me queda tiempo defendiendo la libertad de expresión. El 14F Cataluña hará un voto antifascista”. Junto al veto a Vox, los republicanos catalanes se han autoimpuesto otro con el PSC por lo que sus opciones se reducen enormemente y a las puertas de las urnas, los de Oriol Junqueras y Gabriel Rufián quieren reeditar sus pactos con JxCAT, pero ahora aspiran a ser ellos los que lideren ese proyecto. La candidata de En Comú Podem mandó un mensaje demoledor a ERC “ustedes quieren pactar con la derecha” y anteponen la independencia a las políticas progresistas. Aragonés también lanzó sus ataques contra Laura Borrás en su disputa por el voto independentista.
Tanto PP como Ciudadanos compartieron mensajes en muchos compases del debate. La ultraderecha de Vox amenaza con superar a ambos partidos y liderar la derecha por ello, tanto Alejandro Fernández como Carlos Carrizosa compaginaron las condenas a las agresiones que sufren los dirigentes de Vox con las críticas al partido de Abascal por populistas y demagogos.
Tanto Carrizosa como Fernández tienen por delante un difícil papel en unas elecciones en las que los naranjas pasarán de ser la primera fuerza del 2017 a ocupar el cuatro o quinto puesto. Por su parte, los populares ya asumen el descalabro electoral que podría incluso dejarles fuera del parlamento catalán, lo que sería una losa definitiva para Pablo Casado.
Jéssica Albiach trasladó al debate catalán los argumentos de Podemos en Madrid. Quieren seguir jugando el papel de gobierno y oposición lo que les permite lanzar ataques contra su propio socio de gobierno, el PSOE. Así lo hizo cuando habló del problema de los alquileres y la limitación de sus precios. Eso sí, Albiach fue la que menos agresividad mostró con Illa. Y apostó por que después del domingo se pueda configurar un gobierno verdaderamente de izquierdas con el PSC y con ERC.
La candidata del PDeCAT fue de menos a más a lo largo de debate y quiso presentarse como la nueva vía de un independentismo “legal” y “sin confrontación”. Se trata de una formación que a pesar de que apuesta por la autodeterminación considera que esta no llegará a corto plazo por lo que hay que gestionar lo importante y lo que preocupa a la ciudadanía. Sin embargo, en un momento político tan polarizado no tiene asegurado el suficiente apoyo electoral como para estrenarse en el parlament.
La representante de la CUP, Laia Estrada, tuvo su oportunidad de llamar al candidato de Vox “fascista, populista y homófobo” y después se dedicó a plantear sus propuestas populistas que son de difícil aplicación. También tuvo que soportar que Garriga devolviera los ataques refiriéndose a ella como delincuente.
La extrema derecha, mientras tanto, sigue creciendo en las encuestas y en las urnas ya que los partidos en España aún no se han puesto de acuerdo en algo fundamental como es qué hacer con la ultraderecha. Los partidos de la derecha, que la han normalizado, están viendo como les fagocita, y los partidos de la izquierda aún no son todo lo contundentes que debieran. El mensaje del candidato de Vox no hace falta ni contarlo porque es conocido: ataques contra los inmigrantes, ataques contra el sistema constitucional, ataques contra la política, ataques contra las autonomías… en definitiva un ataque contra nuestra convivencia y contra nuestro modelo de sociedad.