Tras cuatro semanas desde que comenzó la campaña de vacunación en la Unión Europea (UE), Bruselas reconoce que va a ser complicado cumplir con los plazos de inmunización fijados, ya que el cómputo global de personas vacunadas contra la Covid-19 en la UE no llega a dos por cada 100 habitantes, mientras que en el Reino Unido se ha administrado 10 dosis por cada 100 habitantes y en Estados Unidos cerca de seis inyecciones por cada 100 habitantes. Esta ralentización en el proceso se debe a complicaciones logísticas en los laboratorios, además de la dificultad de llevar a cabo un calendario de producción y distribución claro con las compañías farmacéuticas. Ante esta situación, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha reclamado este domingo “un diálogo transparente” con los distintos laboratorios ante los retrasos, al tiempo que ha asegurado que la UE va a usar “todos los medios legales” para que se respeten los contratos firmados, estableciendo que las farmacéuticas mantendrán el calendario inicial de entregas de vacunas en la UE a partir de este lunes, 25 de enero.
La tercera ola de la pandemia de coronavirus avanza de manera imparable por todo el mundo, por lo que ahora es más necesario que nunca priorizar esfuerzos en la campaña de vacunación contra la enfermedad. Sin embargo, la intención no lo es todo, ya que a la Unión Europea (UE) se le está complicando cumplir con los plazos de vacunación fijados y conseguir un porcentaje elevado de inmunizados antes de julio.
Cumplidas las cuatro semanas de campaña de vacunación de las primeras dosis en la UE, que arrancó de forma oficial el domingo 27 de diciembre, el cómputo global de vacunas es tan solo del 2%. Mientras que en el Reino Unido se han inyectado 10 vacunas por cada 100 habitantes y en Estados Unidos cerca de seis por cada 100 habitantes, en la UE no se llega a dos dosis por cada 100 habitantes.
En definitiva, este retraso en el proceso de administración de las dosis se debe a imprevistas complicaciones logísticas y a la dificultad de crear un calendario de producción y distribución claro con las compañías farmacéuticas.
El primer laboratorio que alertó de la demora del suministro de las vacunas fue la compañía Pfizer, fabricante del primer fármaco distribuido junto a BioNTech. La farmacéutica comunicó la semana pasada a los Gobiernos de la UE un descenso temporal de los envíos a causa de una reestructuración en su planta de producción en Puurs (Bégica), aunque aseguró que la mejora impulsaría la producción en el futuro.
Ante esta noticia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no dudó en llamar de manera inmediata al consejero delegado del laboratorio para pedir explicaciones y comunicar que Europa necesita las vacunas “urgentemente” debido al repunte de casos, al tiempo que recordó que la UE había comprado 600 millones de dosis, más que ningún otro país.
No obstante, los disgustos no acaban aquí. El pasado viernes, la compañía AstraZeneca, cuyo fármaco será aprobado para su uso en la UE para finales de la semana que viene, fue quien anunció el retraso en las entregas de las dosis. Ante este nuevo desconcierto, la comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides, manifestó en una reunión la “profunda insatisfacción” de la Comisión y exigió a los responsables de la compañía “un calendario preciso”, para que los distintos Estados europeos puedan planificar de manera correcta la vacunación.
“Medios legales” para asegurar la vacunación
Esta situación de incertidumbre ha provocado que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, hiciese público este domingo que usaría todos los “medios legales” para que se respeten todos los contratos firmados con las farmacéuticas y que por ello, se lleguen a cumplir todos los plazos de entrega fijados.
“Vamos a hacer que se respeten los contratos que han sido validados por las farmacéuticas y nos comprometemos a que haya transparencia utilizando todos los medios jurídicos de los que disponemos”, ha comunicado Michel en la emisora francesa Europe 1.
En este sentido, el presidente ha asegurado que desde Bruselas han tenido que “pelear y dar un golpe sobre la mesa”, pero que los laboratorios mantendrán el calendario inicial de entregas de vacunas en la UE a partir de este lunes, 25 de enero.
“Acelerar la vacunación” ante un escenario “preocupante”
La Comisión Europea ha pedido a los 27 Gobiernos de la UE “acelerar la vacunación” ante un escenario epidemiológico “preocupante” una vez lleguen las vacunas, debido a la propagación de las nuevas cepas del coronavirus, aún más contagiosas y mortíferas.
Asimismo, desde Bruselas se han fijado unos objetivos, que no son de obligado cumplimiento, pero sí una guía sobre el ritmo que se ha de seguir: vacunar al 80% de las personas mayores de 80 años y al 80% del personal sanitario antes de abril, y al 70% de la población general hasta el verano.
En la entrevista del domingo, Michel comunicó que sería “difícil” alcanzar la inmunización del 70% de la población europea en verano, debido a las “dificultades en las líneas de producción en las próximas semanas, lo que haría el proceso más complejo”. Aun así, auguró que es el momento idóneo para que la UE de “un puñetazo en la mesa” y se esfuerce por cumplir el objetivo.
Situación en España
Cuando parecía que la campaña de vacunación en España adquiría velocidad de crucero tras semanas de lentitud y ritmo desigual, algunas autonomías ya están volviendo a retrasar su plan por falta de dosis y de jeringuillas para administrar la vacuna. En esta situación se encuentran todas las comunidades que han acelerado la administración del fármaco, entre ellas la Comunidad de Madrid, Andalucía, Asturias y la Comunidad Valenciana.
El recorte en el último envío de Pfizer y BioNTech, que mandó a España el pasado lunes poco más de 200.000 dosis frente a las 360.000 que venía remitiendo semanalmente, se ha dejado sentir. Una vez que España superó los desajustes iniciales, se inocularon algo más de 90.000 vacunas diarias, mientras que con el retraso sufrido en los envíos de las farmacéuticas, el informe registrado la semana pasada por el Ministerio de Sanidad solo recoge 68.155.
Por ello, ante estos datos, se muestra la evidencia de que el verdadero problema en este momento no es la capacidad de los sistemas sanitarios para administrar las dosis de la vacuna contra el coronavirus, sino la falta de las mismas.