Europa ya tiene una segunda vacuna, tras la de Pfizer, para frenar la Covid-19. La Comisión Europea ha autorizado este miércoles el uso de la vacuna de Moderna. La aprobación se produjo horas después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) otorgase una licencia condicional de comercialización a la compañía estadounidense para distribuir sus vacunas por los distintos países de la Unión Europea. UE ha comprado 160 millones de dosis del fármaco, ampliando el contrato inicial en otros 80 millones.Esta vacuna llega a Europa en un momento crítico por el desatado incremento de contagios tras las fiestas navideñas, así como por los problemas logísticos y el retraso en la administración de la vacuna de Pfizer y BioNTech al inicio de la campaña de vacunación, concretamente en España, desde el 27 de diciembre.
La nortemericana vacuna de Moderna, es la segunda que llega a la Unión Europea, desde que a finales de diciembre los 27 países miembro, comenzaran a aplicar la de Pfizer, la primera aprobada para frenar la pandemia del Covid lo antes posible. La Comisión Europea ha concedido este miércoles la autorización comercial de la vacuna de la compañía estadounidense Moderna. De esta manera, la aprobación del fármaco se convierte en el segundo antídoto aprobado por Bruselas para frenar la pandemia mundial, siguiendo de cerca a la de Pfizer y BioNTech autorizada el pasado 21 de diciembre.
La aprobación de este nuevo fármaco se debe a la recomendación expuesta por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) de comercializar la vacuna, una vez su Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) completó su evaluación científica concluyendo por consenso que el antídoto de Moderna dispone de datos suficientemente sólidos sobre la calidad, seguridad y eficacia. Es decir, que el balance beneficio-riesgo en el que se basa la evaluación de cualquier medicamento, es positivo.
La noticia ha sido anunciada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un mensaje en la red social Twitter a las pocas horas de que el prototipo de Moderna recibiese el visto bueno de la EMA.
Según el acuerdo firmado por Bruselas con Moderna, la Unión Europea contará con 160 millones de dosis de esta nueva vacuna, que se difundirán por los 27 países de la Unión Europea, y su reparto se hará en función de la población de cada país, tal y como se expuso en la Estrategia Europea de Vacunas en el mes de junio. En un principio, Bruselas firmó un contrato de adquisición de 80 millones de dosis con opción de compra de otras 80 millones, que finalmente ha terminado llevando a cabo.
“Y vendrán más vacunas”, ha comentado von der Leyen, en un comunicado de prensa. Con estas declaraciones se refiere a que la Comisión Europea tiene comprometidas 2.000 millones de dosis de las potenciales europeas, que serán suficientes para proteger a toda la población de la Unión Europea.
A juicio de la directora ejecutivo de la EMA, Emer Cooke, la nueva vacuna de la empresa estadounidense supone “otra herramienta para superar la emergencia actual”. “Que tengamos esta segunda recomendación de una vacuna positiva en poco menos de un año desde que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia, es un ejemplo de los esfuerzos y el compromiso adquirido por todos”, ha insistido.
De forma similar a la vacuna administrada de Pfizer y BioNTech, la vacuna de Moderna también se pondrá en dos inyecciones en el brazo, con 28 días de diferencia entre cada una, contando una efectividad del 94,1% demostrada en un ensayo clínico con 30.000 personas. Además, cuenta con una ventaja frente a la de Pfizer, y es que la vacuna norteamericana podrá conservarse a -20 grados centígrados y puede aguantar hasta 30 días a temperatura de frigorífico, mientras que su competidora necesita temperaturas mucho más bajas, de -70 grados centígrados.
Situación crítica en Europa
La autorización de la vacuna de Moderna llega en un momento crítico y de máximo presión. A día de hoy, todos los países de la Unión Europea, excepto Finlandia, gran parte de Grecia y un par de regiones de Francia y España, se encuentran en alerta roja, según el mapa elaborado semanalmente el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Esta agencia ya comentaba la semana pasada la gravedad de la situación a la que se tendría que enfrentar la Unión Europea: “el peligro de un aumento de la presión asistencial sobre los sistemas sanitarios durante las próximas semanas es alto”.
Asimismo, la tensión está en el aire debido al miedo que despiertan las cifras que se notificarán en unos días tras la Navidad. A esta incertidumbre debe sumarse el pánico que generan las nuevas mutaciones del virus y las restricciones más duras que están poniendo los distintos Gobiernos, ya que Reino Unido ha vuelto al confinamiento total del mes de marzo, y Alemania e Italia, entre otros países, están endureciendo fuertemente las medidas para evitar una recaída como la de la primera ola.
Lentitud en el proceso de vacunación
Pese al miedo que se le tiene al virus, parece que los distintos países de la Unión Europea no están cumpliendo con los objetivos de vacunación, quedando aun miles dosis por poner. Tras una semana desde que se inició la campaña general de vacunación en la Unión Europea, los países tan solo han administrado un pequeño porcentaje de las 12 millones de dosis recibidas de la vacuna de Pfizer y BioNTech.
Problemas logísticos, lentitud de las autoridades sanitarias, falta de personal, falta de previsión en la gestión del transporte o el refrigerado o la confusión por los días festivos han provocado que los países no logren avanzar en sus campañas de vacunación, colocándose muy por detrás de otros países, como Estados Unidos, Israel o Reino Unido.
En este sentido, Alemania y Dinamarca son los países que se encuentran a la cabeza en el proceso de vacunación. Alemania ha conseguido administrar 265.000 dosis, aunque apenas se traducen en algo más del 20% de las 1,3 millones que recibió hasta diciembre. Dinamarca ya ha colocado 40.541 dosis, siendo el país que mayor porcentaje de la población ha vacunado de la primera dosis y cumpliendo con los objetivos de haber vacunado ya a las 88,5% de las personas registradas en la primera fase del plan de vacunación.
En el peor puesto se encuentra Francia, que en los primeros seis días de la campaña apenas había inyectado apenas 516 dosis, de las 500.000 recibidas hasta finales de diciembre. En situaciones críticas también se encuentran Irlanda con 1.800 dosis, Grecia con 3.000, Hungría con 5.100 y Austria con 6.000. Por su parte, España se encuentra en la mitad de la tabla de los países de la Unión Europea, habiendo administrado 91.718 dosis de las 370.000 recibidas.