A estas alturas de la pandemia, con todas las alarmas encendidas, ya no sirven los infantilismos acusatorios del y tu más, de Casado, o el “a Madrid nos tienen manía” de Ayuso. Como pueden ver, no son España, o Italia, señor Casado, los que van a la cabeza de propagación del Covid, pero eso ahora poco importa. Los países a los que usted señalaba como ejemplares, se han colocado en lo alto del ranking de contagios descontrolados y de muertos que, lamentablemente, llegan hasta a superar los mil diarios en países como Alemania, a los que se acercan Reino Unido o Francia. Así que señor Casado, métase por donde pueda aquello de que Sánchez es el político que más muertos acumula, y toda esa cantinela tan estúpida como miserable. Y póngase, por una vez, a trabajar y ayudar para que toda España sea vacunada cuanto antes. Y de paso, dígale a su baronesa Ayuso que respete a las enfermeras y que trate de no hacer negocio también con ésto.
Europa está en emergencia, también América y muchos países asiáticos y africanos. Y lo que más nos interesa en este punto, a mí y a la gran mayoría de mis compatriotas, creo, es que nos administren la vacuna de una vez por todas y que no se la guarden en los arcones del “trumpismo” para hacer política barata y negocio también con esto. Nos da igual del color político del que sean sus Comunidades, arrimen el hombro todos, sin excepción, señor Casado, señora Ayuso, y ayuden a que se administre la vacuna de la forma más eficaz y diligente posible. Ólvidense, por unos meses, de insultar y crispar en el circo en el que han convertido el Congreso de los Diputados y la Asamblea de Madrid con sus socios de la ultraderecha. Y escuchen al gremio de enfermeras, dispuestas a volver a hacer los sacrificios que sean pertinentes, para que la gente sea vacunada cuanto antes, y así tapar su ineptitud y su avidez de negocios privados.
El Gobierno de España no lo está haciendo ni mejor ni peor que el resto de nuestros colegas europeos. Todos, sin excepción, lo están haciendo lo mejor que pueden. También aprendiendo de los errores. Pero dudo que haya en Europa un solo grupo de la Oposición, azul o rojo, que esté todo el día zumbando como un moscardón, en el cogote de su Gobierno, robando energías y obstaculizando el único objetivo que debería importarles. ¿Ganar las elecciones? No señores, dejen la ofuscación política a un lado. Las elecciones ya pasaron y las perdieron. Los Presupuestos están aprobados y ustedes tienen tres años por delante para demostrar que sirven para algo. Dejen de ser dignos alumnos de su admirado Trump, que no acepta los resultados electorales y se niega a pasar democráticamente las riendas del poder. Nadie les arrebató unas elecciones. Dejen de repetir que el Gobierno es ilegítimo. Lo sucedido en el Capitolio de Washsington, puede servir de aviso de navegantes.
Además, en este desastre humanitario que nadie ha creado y sólo es obra del destino, ustedes, como gobernantes regionales en algunas autonomías, deberían de tener dos prioridades. La primera y fundamental, administrar la vacuna rápidamente y evitar la propagación del virus. La segunda, recibir el dinero que el Gobierno central proporcionalmente les entregue y administrarlo de forma estratégica y decente para recuperar esa gran parte de la economía que la pandemia se está llevando por delante. Señora Ayuso, olvídese de los carísimos hospitales fantasma y contrate el personal sanitario que tanta falta hace en la Comunidad de Madrid. Deje de ningunear al colectivo de Enfermeras, y de una vez por todas, deles la posición, el sueldo, el trabajo y el respeto que merecen.
Acuérdese de cómo sus predecesores, Aguirre e Ignacio González, saquearon la salud pública madrileña, cuando usted, y también su jefe, Casado, tenían con ellos cargos políticos en Génova, 13, en labores de comunicación y redes. Y si no se acuerda ya, se lo recuerdo yo. En menos de diez años han hecho perder más de cuatro mil puestos de trabajo de sanitarios. Han dejado a Madrid como la Comunidad peor preparada para una crisis sanitaria. Sólo tenemos 2,7 camas por cada mil habitantes frente a las 3,8 que tienen Cataluña y Aragón o las 3,3 de Euskadi y Asturias, por ejemplo. La media europea es de 5 camas. Y no digamos las 9 que tienen países como Alemania, por cada mil habitantes. Además, desde el 2010 tenemos casi cuatro mil sanitarios menos. Se da la paradoja, que tras el pelotazo de los diez nuevos hospitales construidos por su ex-jefa, la presidenta Aguirre, en los años cercanos al 2010, hoy en día, se han reducido drásticamente las camas hospitalarias en Madrid. Ello obedece a la brutal privatización sanitaria que comenzó en 2001 y años posteriores, que nos hizo perder casi 4.000 camas, pese al aumento demográfico de casi medio millón de habitantes.
También le voy a recordar a quienes vendieron y por tanto, quienes son los dueños, ahora mismo, de la Sanidad privada de Madrid. Gigantes financieros a los que ustedes (el PP madrileño) han adjudicado contratos de gestión por treinta años, que encarecen entre un quince y un veinte por ciento el coste de los mismos, comparado con el de los hospitales públicos. En este suculento negocio de la Sanidad, aparece Florentino Pérez, buen amigo y partner de negocios del círculo de Génova incluida la actual presidenta. El presidente del Real Madrid, construyó el macro hospital de Puerta de Hierro. Acuérdense de que de estos hospitales, el vicepresidente, Francisco Ganados, uno de los huéspedes selectos de la cárcel de Soto del Real, se llevaba una “comisioncilla” de 900.000 euros por obra. Florentino, enseguida se lo traspasó al fondo buitre holandés, DIF Capital Partners y este a su vez se lo volvió a una macro empresa financiera internacional y socia a su vez de Florentino, Brookfields, para negocios internacionales. Entre venta y venta, cifras con tres dígitos se quedaban en las manos de los implicados. Y adivinen quién pagaba todo esta fanfarria, el lujo, los jet privados, las comisiones millonarias. Pues usted y yo. Todos. Con nuestros impuestos.
Sigamos con los amos de la Sanidad madrileña, que esto es largo, un proceso de casi veinte años. La holandesa DIF, ha firmado también contratos con los gobiernos populares para explotar el Hospital Infanta Leonor de Vallecas durante treinta años. El Hospital del Tajo, de Aranjuez, de forma similar, estará gestionado por Assignia Infraestructuras, cuyo principal directivo fue el ex consejero de sanidad, Manuel Lamela (el mismo que estos días se ofrece para defender legalmente a los hospitales privados que no obedecieron la orden del Gobierno para ser utilizados en los momentos más alarmantes de la pandemia. Cuando las UCI de los públicos estaban saturadas y los féretros se agolpaban en el exterior, éstos cerraron sus puertas o se pusieron de perfil, durante el primer confinamiento. Hay que tener estómago.
Luego están los fondos de Capio, que se llevaron el negocio de la la gestión de la Fundación Jiménez Díaz, que posteriormente, tras algunas manos, pasó a ser gestionado por Quirón Salud. Lo de Quirón merece capítulo aparte ya que han comprado las dos clínicas Ruber y varias sociedades de mutuas sanitarias con pelotazos que superan los cinco mil millones de euros de beneficio. También Quirón gestiona hoy día el Hospital de Valdemoro.
También ha participado en los negocios de la Salud, la constructora de Villar Mir, con los hospitales de Collado Villalba, Mostoles, Torrejón. Y Sacyr, como no, también entró en este suculento negocio cuando el boom inmobiliario cayó, aunque vendió su 49 por ciento de los hospitales de nuevo cuño, Coslada y Parla, al fondo de inversión del Lloyds Bank que a su vez compró el hospital de Arganda. El hospital de San Sebastián de los Reyes, fue otra tajada cuya adjudicación fue para Acciona, quien lo gestiona con uno de los supercontratos de Aguirre y sus ilustres huéspedes de Soto del Real.
Y llegados a este punto, con tantas cifras millonarias que vienen y van, una se pregunta, ¿cómo es posible que a ninguno de estos tiburones del merengueo entre política y negocios, no se le haya ocurrido la sencilla idea de contratar más personal sanitario?. Llevamos un año de pandemia, señores. Pues no, más bien al contrario, precarizaron el mercado laboral, contrataron a enfermeras en sus hospitales privados por apenas mil euros, incluidas las guardias obligatorias, como bien denuncia hoy día el sindicato, y claro, con ello generaron un éxodo de personal de la Salud, bien formado, a otros países europeos, donde les tratan laboralmente con respeto y les pagan decentemente.
Por cierto, esos mismos sindicatos a los que hoy culpa la insigne Ayuso, de ser los causantes de que, de casi ochenta mil vacunas entregadas en Madrid, sólo se haya administrado el 6%. Claro, es que a IDA le resulta insoportable que pidan más contrataciones porque ya no pueden más de presión emocional y sobrecarga de trabajo durante todo el pasado año. Para la presididenta deberían de triplicar los turnos, trabajar noche y día, festivos y fines de semana. “Cómo está el servicio” se escandaliza la señora. Y de paso aprovecha para contratar la vacunación en lo privado, ya ha firmado un contrato con la Cruz Roja, de ochocientos mil euros y como no tiene ningún sentido del ridículo, por más que le denuncien las Enfermeras, se espera que firme otro con la Quirón. Apaga y vámonos.
De todos modos, dado que la Comunidad Científica internacional ha hecho bien su trabajo, logrando sacar adelante en tiempo récord, no una, sino seis vacunas, contrastadas y fiables. Pfizer Biontech, Moderna, AstraZeneca, Sanofi y Johnson & Johnson, CureVac, sin contar la rusa Sputnik. No vayamos a tropezar ahora con la peregrina miseria de que no tenemos quien nos pinche. Respeto, de forma absoluta, la reivindicación del sector de las Enfermeras madrileñas, pero sinceramente, a estas alturas, a la gente, a mí al menos y creo que a muchos más, -y dada la obstinación de la presidenta madrileña, que hace perder tiempo y vidas con sus caprichos- ya nos da igual quien nos pinche, si las y los sanitarios públicos, privados, la Cruz Roja, el Ejército, estudiantes de medicina, o voluntarios bien enseñados bajo supervisión médica. Que nos pinche quien sea, limítense a orgazar al menos bien la estrategia y la logística, y apliquen fórmulas de emergencia para situaciones de emergencia. Y digo esto, con harto dolor, porque cuando se negocia con gente sin coherencia alguna, puede pasar un eterno tiempo muerto que ahora mismo no nos podemos permitir. Y son vidas lo que están en juego. Y como ni el Ejército, ni la Policia, pueden obligar a Ayuso a utilizar el servicio público de Enfermeras para pinchar las vacunas, que lo haga como quiera, pero que lo haga ya. Ya tendremos tiempo de pedirle cuentas.
Recuerdo la paciencia infinita que ha tenido Pedro Sánchez, y también Salvador Illa, con la presidenta madrileña, evitando el enfrentamiento y poniendo siempre por delante los resultados para la salud de madrileños sin entretenerse ni medio segundo con las "ocurrencias negacionistas de ella". Después, dentro de unos meses, ya habrá tiempo de examinar sus actos estrambóticos y su gestión, señora, no sólo sanitaria sino también económica y del despilfarro. Tendrá que rendir cuentas del dinero recibido y gastado y también de su papel en los protocolos de las Residencias de Ancianos, entre otras muchas cosas.
Por falta de vacunas no será. Tenemos ya comprados en España más de veinte millones de dosis de la vacuna Pfizer (300 en Europa) y hoy mismo se han aprobado y adquirido otros 16 millones de Moderna (160 en Europa). Con ello, ya sin contar con las demás que irán llegando, tenemos para inmunizar, hasta marzo, abril o mayo, aproximadamente a unos 20 millones de españoles. ¿Quíen nos lo impide? ¡Vacunen!. Aprendan del presidente asturiano, Adrián Barbón. En poco más de una semana ha pinchado el cien por cien de las vacunas recibidas. Ya tiene el trabajo hecho en todas las residencias asturianas. Y aunque sea predicar en el desierto, señora, escuche y respete al sindicato de las Enfermeras.