El miedo, las dudas e incertidumbre nos invaden, y no es para menos, al estar de nuevo ante una mutación desconocida. Parece que la covid-19 nos vuelve a ganar, sembrando el caos y exigiendo más investigaciones científicas a todos aquellos que no han parado desde el pasado 14 de marzo. Fue el pasado lunes 14 de diciembre cuando el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, compareció públicamente en la Cámara de los Comunes para anunciar la detección de una nueva variante vírica cuyo efecto generó una mayor propagación al sureste de Inglaterra y su consiguiente confinamiento como resultado del "nivel 3" de restricciones.

Sin embargo, fue el pasado mes de septiembre cuando se procedió al estudio de dos pacientes británicos positivos. En dicha investigación, se descubrió hasta 17 mutaciones dentro de su secuencia genética, coincidiendo con la disparidad vírica de miles de contagios. A pesar de las declaraciones del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, para tranquilizar a la población europea tras insistir en que “no hay pruebas de que esta nueva variante sea más mortal o provoque una enfermedad más grave”, el pánico está asegurado.

Como muchos expertos señalaban en estos días previos, “que no se haya registrado ningún contagio de dicha mutación, no significa que no esté”. Dándoles la razón, algunos países vecinos ya se han sumado a la lista del SARS-CoV-2 al experimentar similitudes en diferentes países durante los últimos meses. Aunque se ha mencionado las pocas probabilidades de reducir la inmunidad de las vacunas, en Dinamarca se ha estimado hasta cuatro variantes tras mutar en animales, en especial la proteína S, decretando la persecución de todos sus visones y un confinamiento -afectando a más de 280.000 personas- en las zonas donde esta nueva cepa deambula, esperando frenar su expansión. A día de hoy, Dinamarca registra los 138 mil contagios y 1.053 decesos.

Esta situación también ha saltado las alarmas en Holanda y en Italia, llegando a la costa de España en Gibraltar. Tras anunciar ayer la existencia de esta nueva cepa en Gibraltar, y por tanto su probable circulación por la península, aunque de momento no se haya notificado en el Ministerio de Sanidad, el Ejecutivo se ha puesto manos a la obra. El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, también compareció ayer públicamente para abordar esta cuestión. “No podemos decir con certeza que haya una nueva cepa en Gibraltar. Hubo un caso en noviembre, pero ese vector fue cerrado”. Si bien es cierto, la zona sureña ha experimentado un crecimiento abismal, notificando 33 nuevos casos en las últimas 24 horas en una población de 35.000 habitantes. Desde el pasado marzo, Gibraltar acumula 1.282 contagios y seis fallecidos. Por otro lado, también ha saltado esta nueva cepa hasta otros continentes como es el caso de Sudáfrica, cuyo ministro de Salud, Zweli Mkhize, manifestó el pasado viernes la aparición de una nueva mutuación, que tiene variaciones en común con la de Reino Unido, pero otras no.

Una vez más, podríamos decir que las medidas del Gobierno de España llegan tarde. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) manifestó el surgimiento de esta nueva variante de la enfermedad, mucho más infecciosa de las conocidas hasta ahora al estimarse una rapidez y alta capacidad de transmisión superior a un 70%. Solo estas palabras bastaron para que numerosos países de la Unión Europea como Holanda, Bélgica e Italia determinaran el cierre de sus fronteras para viajeros procedentes del Reino Unido a través de vuelos y trenes. Posteriormente, fueron Alemania, Francia, Austria, Irlanda, Rumanía, Polonia, Letonia, Países Bajos, Bulgaria, República Checa, Finlandia, Dinamarca, Hungría y Suecia quienes se sumaron a esta nueva medida velando por la seguridad de sus ciudadanos. Finalmente y para no perder la costumbre de ser siempre de los últimos, España se une a esta nueva iniciativa y suspende los vuelos procedentes del Reino Unido a partir de hoy.

A la espera de nuevos resultados que ayuden a recopilar información, se exige la adopción de todas las restricciones sanitarias para evitar el colapso de los tres primeros meses derivado de la pandemia, y más en estas fechas donde los planes de actuación de cada país pueden ser claves durante esta tercera ola. Actualmente, más de 77.394.940 personas en el mundo se han contagiado, y 1.703.164 han fallecido.