Pablo Casado se ha acostumbrado a hacer política posponiendo una excusa tras otra, y quedándose con los españoles eludiendo su más básica responsabilidad institucional y su compromiso con la Constitución. Primero dijo, que el Presidente del Gobierno no le llamaba para renovar el CGPJ. A pesar de que los equipos de Justicia, tanto del PP, como del Psoe, llevan meses negociando. Cuando al fin, Sánchez le ha llamado, tampoco. Y es que Casado, argumenta por cierto, que Sánchez rechaza sus condiciones, lease renunciar a Podemos como su socio de Gobierno. Que sería tanto como pedirle que renuncie a gobernar a pesar de haber ganado las elecciones, cinco veces en dos años. Por más que los equipos del PP trabajan en la renovación del Poder Judicial, desde hace meses, con el ministro de Justicia, que es socialista, Casado hace oídos sordos porque la realidad es que el PP, siempre que ha estado en la oposición, ha divagado en cuanto a renovar las instituciones cuando piensa que esto no le favorece. Y es que ahora, el Tribunal Constitucional y el Supremo tienen mayoría de magistrados conservadores que cree favorecerán las multiples causas por corrupciòn que el PP tienen abiertas.
El bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no encuentra salida debido a que el líder de la Oposición, Pablo Casado busca excusa tras excusa para no mover a los magistrados, de mayoría, conservadora que lo componen, a pesar de estar caducados desde hace dos años, según refleja el mandato constitucional. Casado, había puesto como excusa que el Presidente Pedro Sánchez no le llamaba. Este mismo martes le ha llamado y tras hablar casi una hora, Casado ha decidido mantener el bloqueo. No sólo está bloqueda al renovación del Poder Judicial, tambièn le ha recordado el Presidente Sánchez que hay que frontar la renovación de otros órganos constitucionales, no solo del CGPJ, sino también del Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y el consejo de RTVE.
La última vez que Sánchez y Casado hablaron personalmente de este asunto fue en verano, cuando se intercambiaron mensajes a través de la aplicación WhatsApp, que demostraban que el acuerdo estaba prácticamente hecho, pero en agosto se truncó porque el líder del PP se echó atrás volviendo a bloquear el acuerdo para renovar una de las instituciones constitucionales que está en funciones desde hace más de dos años. Después, según fuentes de los populares, ignorando el hecho evidente de que los equipos de Justicia del PP y los Psoe, que son los que trabajan el asunto, ya habían llegado a un acuerdo, Casado volvió a echarse atrás, esta vez con la excusa increíble de que había a llamado personalmene a Sánchez el 26 de octubre, pero el presidente no cogió su llamada. Casado se ha acostumbrado a poner excusas tan vacuas que muy a menudo debe de creerse que habla para un país de tontos. Incluso se queja “cincuenta y cinco días después de la última llamada realizada por Pablo Casado”, en vez de citarle en persona para discutir el asunto.
El PP niega ser el responsable del bloqueo del CGPJ, ya que asegura estar dispuesto a llegar a un acuerdo siempre y cuando se cumplan tres condiciones que viene proponiendo desde el inicio de la legislatura: la despolitización de la Justicia, dejar a Podemos fuera de cualquier acuerdo y retirar la ‘ley de la patada en la puerta judicial’ del Gobierno. Se trata de condiciones que no se debería plantear ya que cuando el PP gobierna en las instituciones los socialistas nunca les han impuesto estas condiciones. En el fondo subyace el objetivo de los populares de extender todo lo posible el mandato de un CGPJ que está elegido con el respaldo de una mayoría parlamentaria que hace meses que dejó de existir. Y ahora que el PP no controla las instituciones no quiere perder poder político y judicial. Sobre todo, cuando su estrategia de oposición se basa en judicializar las cuestiones políticas que no comparte para tensionar así la vida política española. Por eso, desde el PSOE consideran ‘fuera de lugar’ las exigencias promovidas por los populares.
Además, durante la conversación, Casado ha transmitido a Sánchez otras cuestiones que dificultan, en su criterio, el pacto, como la relativa a los fondos europeos que, según el líder del PP, deben ser gestionados “de forma profesional e independiente”, la necesidad de alcanzar “un pacto sanitario ante la situación de la epidemia” que acecha en España y la polémica por “el blanqueamiento de Bildu e independentistas” que se está produciendo desde dentro del Gobierno español, así como “los ataques a la Corona”.
En este sentido, fuentes del PP ya advirtieron este martes que, con todos los problemas que presenta actualmente España, querer hablar exclusivamente de renovar el Poder Judicial es un “escándalo”.
Por su parte, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha advertido a la formación de Pablo Casado de que “están agotando todos los plazos de gracia y cortesía que el Gobierno les ha brindado para renovar el CGPJ”. El ministro ha establecido que esta reforma seguirá paralizada durante “un plazo razonable” de tiempo, insistiendo en que es necesario proceder a la renovación en cumplimiento de la Constitución. Asimismo, ha querido dejar claro que el tiempo no será infinito: “no puede quedar al socaire de los intereses partidistas”, al mismo tiempo que ha criticado que PP de ser “constitucionalista a tiempo parcial”.
Todo indica que la renovación no será llevada a cabo hasta después de las elecciones catalanas que se celebrarán el próximo 14 de febrero de 2021, de las que el PP tiene opiniones similares a las del partido político Vox, quienes podrían aprovechar en su favor cualquier acuerdo de Casado con Sánchez. Los populares se decantan por buscar el pacto después de esa fecha, siempre y cuando el Gobierno no indulte antes a los líderes del procés.