A pesar de ser el país pionero de todo el mundo en administrar la primera dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech de forma oficial, y no en fase de pruebas, nuevas preocupaciones se suman a la lista derivadas del coronavirus. El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, compareció este lunes públicamente en la Cámara de los Comunes para anunciar la detección de una nueva cepa cuyo posible efecto es una mayor propagación al sureste de Inglaterra. Se estima que el aumento de los mil nuevos casos pueda ser efecto de esta nueva aparición.

Este país -y sus 60 áreas locales que denunciaron esta nueva anomalía- no ha sido el primero en experimentar esta disparidad vírica, puesto que se han encontrado similitudes en diferentes países durante los últimos meses. Igualmente alarmado, el Gobierno de Boris Johnson toma cartas en el asunto al decretar nuevamente el nivel 3 de restricciones en zonas como Londres, los condados de Essex (este de Inglaterra) y Hertfordshire (al norte de la capital), por lo que a partir del miércoles deberán cerrar bares y restaurantes salvo para entregas a domicilio.

Desde la OMS intentan tranquilizar a la población a través de la plena evaluación y análisis de los distintos datos científicos cuya seguridad está garantizada. "Este tipo de evolución y mutaciones son en realidad bastante comunes”, ha pronunciado el director ejecutivo del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan, desmintiendo así el “falso bulo” epidemiólogo.

Actualmente, los británicos cuentan con un total de 1,87 millones de contagios desde que comenzó la pandemia, además de los 64.402 decesos. La primera dotación de vacunas prevé la inmunización de 400.000 personas gracias a los 50 hospitales de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, hasta las cuatro millones de dosis para final de año que espera disponer este Gobierno. Entre enero y febrero se vacunará la mayor parte de esta población.

Un largo proceso que no acabará con la vacunación de toda la población mundial. La jefa de inmunización de la OMS, Kate O"Brien, ha aludido al prolongado procedimiento científico siendo "fundamental seguir recopilando información sobre las vacunas porque todavía no sabemos con exactitud su evolución ni cuánto durará la inmunidad". Como ejemplo se alude a las primeras 24 horas en las que se dio inicio del programa,cuando se notificaron los primeros síntomas adversos de la vacuna en dos sanitarios que se están recoperando y la "no vacunación de personas que experimenten un historial clínico de reacciones alérgicas por el Sistema Nacional de Salud británico (NHS), un debate que persigue a muchos ciudadanos sin tener un claro plan de actuación.

Como señaló la exdirectora de la OMS, Marie-Paule Kieny, “gracias a la vacunación en el Reino Unido y EE UU, los demás países sabrán más sobre la seguridad de las vacunas”. Estados Unidos comenzará a vacunar a su población el próximo lunes debido a la sacudida de incidencia vírica. Durante los próximos días, Alemania planea el inicio de su campaña el 15 de diciembre. Seguidamente, llegarán las dotaciones a países como Austria, Bélgica, España, Francia, Holanda, Hungría, entre otros, a lo largo de enero. Aunque esto se acercaría “al fin de la pandemia”, desde la OMS se ha recomendado a las personas ya vacunadas la continuidad del cumplimiento de las restricciones.