Enfermos de Covid persistente hacen un llamamiento a la colaboración y difusión para dar a conocer el día a día de los afectados por secuelas, que siguen condicionando la vida de miles de personas desde la primera ola de la pandemia. A través de una carta abierta, recogida por La Vanguardia, el Colectivo de Afectades i afectats persistents per la Covid-19, de Cataluña, refleja la discriminación e indiferencia de la asistencia sanitaria hacia este grupo.
Cristina, Lara, Eva, Marta, Álvaro, Aitor, Carles, Silvia… este es el nombre de uno de los muchos enfermos de Covid persistente. Así se introduce la remitente, de una carta enviada al periódico catalán LA VANGUARDIA, del siguiente relato: “Soy una Covid persistente, una de las muchas personas que contrajimos la Covid-19 durante la primera ola de la pandemia, a mediados de marzo. Las abandonadas”. A través de una carta abierta, recogida por La Vanguardia, esta enferma de Covid expone otra de las secuelas desconocidas de esta incipiente enfermedad. A pesar de que la comercialización de lo que podría ser la cura definitiva del virus ya es una realidad, también lo es para aquellos que siguen padeciendo síntomas desde el inicio de la pandemia: “Ocho meses después aún sufro síntomas persistentes, aún arrastramos síntomas persistentes que incapacitan nuestro día a día, las relaciones sociales y la actividad laboral. La vida”.
“Nos sentimos abandonadas por la sanidad pública”
Aquejados por la falta de empatía y asistencia para estos enfermos, a través de este comunicado, insisten en la necesidad de una mayor asistencia por parte de aquellos médicos que obvian los continuos síntomas que deben de afrontar cada día, como dolores de cabeza, fatiga, dolor torácico, dolor muscular, dificultades respiratorias y fiebre: “(…) luchamos con algunos profesionales médicos que nos escuchan y quieren saber qué nos pasa, porque saben que, a nuestro lado, pueden aprender cómo evoluciona el virus y cómo actúa. (…) Nos gusta poder participar en la búsqueda y la investigación (…). Y luchamos contra aquellos profesionales médicos que no nos quieren escuchar, que creen que tenemos problemas de ansiedad o de depresión y que no entienden que, los síntomas persistentes, siguen viviendo en nuestro cuerpo durante mucho tiempo”. Después de ocho meses, desde los primeros contagios, todavía siguen teniendo que “lidiar con muchos médicos y médicas incluso cuando la clínica de la enfermedad es una evidencia irrefutable”. Es por ello por lo que ruegan un cambio de los protocolos establecidos -al comienzo de la pandemia- en los Centros de Atención Primaria y en los hospitales por parte del Departamento de Salut: “A las personas con sintomatología leve o moderada se nos pidió que nos quedáramos en casa, porque no había suficientes camas en las Unidades de Cuidados Intensivos, no tenían pruebas PCR para toda la población y las pocas pruebas que había eran para las personas graves o para el personal sanitario. Estábamos ante un débil sistema sanitario que no estaba preparado para afrontar la pandemia con todas las herramientas necesarias. Y nos corresponsabilizamos. (…) Nos sentimos abandonadas por la sanidad pública en la primera ola de la pandemia porque éramos pacientes leves o moderados y se pensaba que podríamos vencer el virus en casa.”, sigue diciendo la remitente al rotativo catalán.
“Seguimos enfermas, pero firmes; seguimos para curarnos”
Pese a esta discriminación por parte de un sistema que no reconoce la realidad de los afectados, estos se muestran esperanzados en vencer a la prolongación de la enfermedad: “Venceremos la persistencia del virus y persistiremos en la reclamación de nuestros derechos sanitarios”. Una nueva batalla que afrontarán – tal y como lo han hecho hasta ahora- un grupo de 1.200 personas de Cataluña -pertenecientes al Colectivo de Afectades i afectats persistentes per la Covid-19- a través de la confianza y del apoyo de amigos y familiares, pero que ahora más que nunca requieren la colaboración de “vosotros” mediante la difusión, porque “seguimos enfermas, pero firmes; seguimos para curarnos”.