Los meses de confinamiento han servido para que muchas parejas tomen una decisión definitiva no sólo sobre el futuro de su relación, sino también del de sus hijos
Algo más de tres meses es el tiempo que ha tenido que pasar en casa confinada la totalidad de la sociedad española con el objetivo de intentar mitigar la propagación de la pandemia del coronavirus. En esos casi cien días de convivencia exclusiva en el núcleo familiar no son pocos los casos de personas que se han dado cuenta de que no terminaban de estar contentos con su situación y una vez se inició la desescalada decidieron recabar información e iniciar los trámites para finalizar la vinculación que les unía a su pareja.
A los divorcios y separaciones se une en muchos casos el conflicto resultante de contar con hijos menores en común sobre los que hay que decidir. Aspectos como el qué hacer con ellos, cómo tratar de alterar lo mínimo posible su educación o qué vivienda escoger para que desarrollen su nueva vida se convierten en dudas recurrentes. Tal es así, que es bastante habitual en los últimos meses que lleguen solicitudes de asesoramiento a los despachos especializados en derecho de familia para tratar de encontrar la solución más favorable para cada una de las partes y de paso conocer qué opción sobre la custodia puede resultar más interesante.
Aumento de conflictos
Desde el despacho Sierra Abogados, el letrado Santiago Escalas reconoce abiertamente que “ha habido un aumento de conflictos relacionados con el derecho de familia”. Él trata de analizar la situación vivida y explica que “el confinamiento ha producido que prácticamente la totalidad de las familias pasasen un tiempo juntos que, con la dinámica de trabajo habitual, era imposible que se diera, especialmente por las circunstancias de cada uno”. A fin de cuentas, recuerda que la convivencia ha sido en líneas generales de “24 horas juntos durante prácticamente tres meses”.
¿Qué consecuencias ha tenido este incremento del tiempo en común? Al respecto de esta consulta, Santiago Escalas detecta una doble vertiente “hay familias donde esto ha afectado positivamente y se han unido más en estos meses complicados, mientras que hay otras donde la crispación y el distanciamiento ha aumentado”. Es más, en este tipo de situaciones se ha terminado por aclarar “la imposibilidad de continuar juntos como pareja”, buscando poner fin a la relación y encontrar una solución.
Esta sensación también es compartida por la abogada de familia Carolina Torremocha, que corrobora que “las relaciones de pareja que estaban en pequeñas crisis, se han acentuado con el confinamiento”. De hecho asegura que “muchas esperaron al verano y al fin del estado de alarma, para decidir poner fin a su relación”.
En lo que a su despacho respecta, afirma “estar notando un incremento en el número de separaciones y divorcios de parejas jóvenes”. Especialmente en los casos donde hay “niños muy pequeños, incluso lactantes, de por medio”, situaciones especialmente delicadas por la corta edad de los hijos.
¿Cuáles son los conflictos más habituales?
Tomando como referencia la opinión de sendos especialistas, las consultas más habituales por conflictos de familia durante los últimos meses hacían referencia principalmente a tres asuntos: el régimen de guarda y custodia del hijo o hijos de la pareja, los expedientes de divorcios por mutuo acuerdo o contencioso -en menor medida-, y por último algún caso puntual de violencia de género.
En el caso de Carolina Torremocha, no ha detectado grandes cambios entre los meses de pandemia y los anteriores en lo que a la temática de las consultas respecta. De esta manera apunta a “la custodia de los hijos, la distribución del uso de la vivienda y el reparto de gastos” como asuntos más habituales.
Lo único que sí que aclara es que han tenido que añadir “una cláusula que antes no existía en los convenios reguladores de mutuo acuerdo para responder a la pregunta de: ¿qué ocurre en caso de un nuevo confinamiento?”. Estas medidas, por ejemplo, también se han utilizado en los convenios que rigen los turnos de alternancia de la custodia compartida, que tendrán muy presentes los criterios médicos. Todo ello con el fin de que un progenitor no acuda con su padre o madre si este se encuentra sumido en una cuarentena.
Por parte de Santiago Escalas, apunta a “la aceptación del fin de la pareja” como la situación más frecuente registrada en las consultas de los meses de confinamiento y posteriores. Sobre esto, añade que “se ha advertido por la gran cantidad de solicitudes e inicio de expedientes de divorcio de mutuo acuerdo”.
Para concluir, también lamenta que “por desgracia, hemos tenido muchos casos en los cuales la tensión ha desembocado en discusiones que han terminado por originar asuntos de violencia de género o procesos de divorcio contencioso”. Con la intención de que esto no se repita, el letrado insta a las partes a “evitar que la ruptura sentimental llegue a un contexto de violencia física o verbal, puesto que no aportará nada positivo”.