El banco BBVA ha confirmado la existencia de conversaciones con el Banco Sabadell para fusionarse en una entidad que se convertiría en la segunda más grande de España, por debajo de CaixaBank. Este lunes BBVA anunciaba la venta de su filial minorista en Estados Unidos a PNC por valor de 11.600 millones de dólares, una decisión estratégica que ahora les permitirá la recompra de acciones y, posiblemente, avanzará las negociaciones con el Sabadell. En total, la entidad ha aumentado su patrimonio por el momento en 1.400 millones de euros, su fusión con el Sabadell sumaría un volumen de activos de 963.108 millones de euros y la cuota de mercado del BBVA ascendería hasta el 21,6%. Con esto, el banco lograría superar a su máximo competidor en España, el Santander, que se posicionaría en tercer lugar con una cuota de mercado del 19,1%. Ambas entidades no confirman que se vaya a realizar finalmente la operación pero los mercados ya aplaudían esta fusión con la subida de las acciones de ambas compañías que reciben presiones por parte del BCE para que cierren el proceso. Con esto, cada vez se ve más reducido el panorama de la banca española, lo que ya ha resultado en la pérdida de 115.000 puestos de trabajo, y, probablemente, España termine con tan solo unas cinco o seis filiales bancarias.
El banco BBVA ha confirmado que se encuentra en negociaciones con Banco Sabadell para fusionar ambas entidades. Aunque BBVA afirma que “no existe certeza” de que esta operación se termine realizando, ya se han asignado asesores externos y se ha iniciado un proceso recíproco de revisión, según confirma la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El Banco Sabadell tampoco confirma la operación y asegura que “no hay tomada ninguna decisión ni certeza alguna de que se vaya a adoptar” y que, si la toman, informarán cuando corresponda por la legalidad. Estas noticias ya dispararon las acciones del BBVA y el Sabadell un 15,94 y un 24,62% respectivamente, aunque el BBVA podría acabar haciendo otras operaciones con otras entidades, pero el mercado asume que esta sería la más ventajosa y aplaude los movimientos de su presidente, Carlos Torres.
Este lunes la entidad anunciaba la venta de su filial minorista en Estados Unidos a PNC por 11.600 millones de dólares, unos 9.700 millones de euros, lo que supone un aumento de su patrimonio en unos 1.400 millones de euros, un 10% de margen bruto. Con esta cifra, el presidente de la compañía, Carlos Torres, anunciaba que planeaban una recompra de acciones “relevante” para remunerar a los accionistas, aunque parte de la cifra podría estar destinada a sus operaciones con el Banco Sabadell. Lo cierto es que este movimiento es estratégico, tras esta venta el banco se posiciona principalmente como uno de economías emergentes, con mayor peso de México, Turquía y Sudamérica en este orden. Pero el grueso de los activos de la entidad se encuentra en España y una fusión con el Banco Sabadell supondría el descenso en un 15% del peso en margen bruto de las emergentes, de un 77% a un 62%.
En total, esta fusión sumaría un volumen de activos de 963.108 millones de euros y la cuota de mercado del BBVA ascendería hasta el 21,6%. Este porcentaje está por encima de su competidor principal, el Banco Santander, que acumula una cuota del 19,1%. Con este movimiento, la entidad pretende convertirse en el segundo banco principal español, convirtiéndose en la nueva gran competición de CaixaBank, que ocupa la primera posición con un 22’3% de cuota de mercado, y superando finalmente al Santander.
El Confidencial adelantaba este lunes que el BBVA había contratado a JP Morgan como el encargado para analizar esta operación y el Sabadell contaba desde verano con Goldman Sachs, además ya trabajaban con los asesores legales Garrigues y Uría Menéndez respectivamente.
La fusión sumaría un total de 9.769 oficinas y 148.028 empleados con 596.481 millones de euros en activos tan solo en España, por debajo de los 625.115 millones de activos de CaixaBank en el país. No obstante, esto no parará el cierre de oficinas ni el despido de personal. BBVA ya anunció que cerraría en este año 160 sucursales y ya lo ha hecho con 121, lo que supone la pérdida de 758 empleos. Por su parte, Sabadell negocia un ERE con los sindicatos que afectaría a unos 1.800 empleados. En total, las entidades acumularán 4.225 oficinas en el país y 45.866 empleados por el momento.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ya adelantaba hace dos meses y medio que con la llegada del Covid – 19 era imprescindible “ajustar costes” e impulsaban la fusión de distintas entidades bancarias de tal forma redujeran los costes pero se mantuviera la competencia. Entre estas presiones estaba la de la fusión BBVA y Banco Sabadell, que parecía la más lógica tras el anuncio de Liberbank y Unicaja de la puesta en marcha de unas negociaciones para su fusión.
Lo cierto es que, desde 2009, las grandes entidades financieras españolas se han visto reducidas de 55 hasta apenas 10 de ellas en la reestructuración de la banca más radical de todo Europa. En enero el informe “Los desafíos 2020 de la industria financiera en España” del Instituto de Estudios Bursátiles recogido ahora por El País explicaba que “las desmesuradas exigencias de capital del BCE vaticinan fusiones y absorciones que dejarán el sistema español en cinco o seis entidades”.
En los últimos años, el BBVA ya ha absorbido seis cajas, la Caixa siete y Bankia nació de una fusión de ocho entidades que luego absorbería otras tres. El Santander a su vez se fusionó con el Popular y el absorbió el Pastor y no parece que estas operaciones se vayan a frenar. Esto unido a la digitalización del sector y a las sucesivas crisis ha resultado en una pérdida en los últimos 12 años del 50% de las oficinas españolas y del 37% del personal, lo que suponen unos 115.000 empleos.
Ahora la fusión del BBVA y el Sabadell tendría que ser aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Europea. Se prevé que no habrá ningún problema en su aprobación ya que, aunque esta operación supondrá un aumento importantísimo de la presión en la competencia, los organismos mantienen que sigue existiendo suficiente volumen de competencia.