La llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos ha sido recibida desde Europa con el anuncio de la imposición de aranceles a productos de este país. En total, se impondrán unas tasas por valor de 4.000 millones de dólares, o 3.370 millones de euros, que servirán como compensación por unas subvenciones por parte del país a Boeing que han sido declaradas como ilegales por la Organización Mundial del Comercio (OMC). La decisión de esta institución llegó el pasado 26 de octubre y es un “reflejo exacto”, según describen desde la Comisión Europea, de los aranceles impuestos a la UE hace tan solo un año por parte de los estadounidenses por unas subvenciones a la competencia, Airbus, que también fueron declaradas como ilegales. Pero el objetivo del viejo continente no es acrecentar este conflicto, sino poner fin a una guerra comercial que marcó las políticas proteccionistas de Trump.
La esperanza desde Europa es que la llegada del demócrata Joe Biden permita abrir un periodo de negociaciones para que ambas partes retiren estos aranceles. “Eliminar estos aranceles supondría una victoria para los dos lados”, declaraba Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea. Esta solución supondría un gran alivio para la industria española, una de las más afectadas por estas tasas que desde el año pasado se ve penalizada con aranceles del 25% en productos como el vino, el queso o el aceite de oliva.
La Unión Europea ha recibido al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con la imposición de unos aranceles por valor de 4.000 millones de dólares, lo que se traslada a 3.370 millones de euros. Esta cifra correspondería a una compensación por las subvenciones declaradas como ilegales por la Organización Mundial del Comercio (OMC) que este país concedió a la compañía aeronáutica Boeing. Estados Unidos tuvo un fallo similar por unas subvenciones concedidas a la principal competencia de la compañía, Airbus, e impusieron unos aranceles de 7.500 millones de dólares (6.300 millones de euros) que llevan afectando al viejo continente un año. Pero esta estrategia no tiene como objetivo acrecentar la guerra comercial entre ambos, sino que se espera un cambio radical con el reemplazo de la administración Trump que acabe con las penalizaciones por ambos bandos.
La OMC declaró el fallo el pasado 26 de octubre y la Comisión Europea lo han descrito como un “reflejo exacto” de los aranceles implementados por la comisión de Trump en su afán por abrir una guerra comercial y potenciar las políticas proteccionistas. Tomaron la medida el pasado octubre de 2019 y no afectó solo a la compañía Airbus, sino también a numerosos productos españoles como el queso, el vino o el aceite de oliva, que ahora sufren aranceles del 25% para llegar al país. Desde la UE se tomó la decisión de esperar a que terminara un periodo electoral tremendamente conflictivo en Estados Unidos para anunciar esta decisión una vez el país hubiera elegido a su nuevo candidato. “EE. UU. ha impuesto sus aranceles tras el fallo del caso de OMC sobre Airbus. Ahora tenemos un fallo también en el caso Boeing que nos permite imponer nuestros aranceles y es lo que vamos a hacer”, explicaba el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Los aranceles afectarán principalmente a productos agrícolas e industriales que soportarán una tasa del 25% y a productos aeronáuticos de Boeing que recibirán una tasa del 15%. Alimentos procedentes del país como chocolate, kétchup, queso fresco y otros productos también podrían recibir un arancel del 25%, así como bebidas alcohólicas con una gradación menor del 18% y otros preparados como el vermut. También se aplicarán a productos industriales y maquinaría, entre ellos tractores y algunos accesorios de vehículos, que recibirán otra tasa del 25%, e incluso se verán afectadas las videoconsolas.
El resultado de las elecciones, no obstante, cambia el panorama comercial que había marcado Trump estos últimos cuatro años. Desde Europa esperan que la llegada de Biden suponga una apertura a un periodo de negociaciones que pueda dejar atrás este conflicto, por lo que la esperanza del continente es poder retirar estos aranceles lo antes posible. “Pedimos a EE. UU. llegar a un acuerdo para que ambas partes retiren las medidas vigentes con efecto inmediato, de forma que podamos dejar atrás esta cuestión. Eliminar estos aranceles supondría una victoria para los dos lados”, declaraba Dombrovskis. Aun así, la UE quería posicionarse con fuerza sobre su rival sobre todo conociendo que hasta enero la administración de Biden no se podrá poner en marcha y, por el momento, la penalización a los productos europeos continúa. El objetivo es que, cuando Biden ya se haya instalado por completo en la Casa Blanca, se llegue a una “solución negociada” que ponga fin al conflicto.
Para la ministra española de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la imposición de los aranceles supone una buena noticia. La industria alimentaria española fue la más castigada de este sector por los aranceles estadounidenses sometiéndose a una tasa del 25% en vinos, quesos y aceites de oliva que suponen esta misma cantidad en pérdidas para los empresarios del país. Maroto declaraba que desde Estados Unidos “han penalizado de forma desproporcionada e injusta” a este sector español y espera “evitar una escalada en el conflicto comercial, algo que no beneficiaría a ninguna de las partes”.
Por el momento, la imposición de los aranceles se hace vigente desde hoy mismo. Hasta ahora, Europa ya había penalizado algunos productos estadounidenses como la marca Levi´s o las motocicletas Harley Davidson. Ahora esperan a conocer la postura de Biden que, con suerte, se alejará de la de su predecesor, aunque uno de los lemas de su campaña fue “Buy American” (compra americano).