En la semana de la moción de censura de la ultraderecha de Vox, el secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos ha denunciado la práctica de “oposición de tierra quemada” que realiza el PP y su desnortamiento que ha convertido a la formación de Casado como “el gran problema político de España”. El dirigente socialista afirma que los conservadores han optado “por comportarse como un partido antisistema que niega la legitimidad democrática al Gobierno de Coalición”. Por eso, ha exigido a los populares que “voten NO, junto al resto de fuerzas democráticas, para decirle NO a la extrema derecha y decirle SI a la moderación”.
Atrás quedaron los llamamientos del PSOE a la unidad y a la pausa de la lucha partidista en una época en la que el mundo entero lucha contra la pandemia más grave de los últimos 100 años. Los múltiples llamamientos de los socialistas a los populares siempre han caído en saco roto que acusan al PP de dejarse arrastrar por la ultraderecha lo que ha supuesto un enconamiento de la vida política.
Este lunes, tras la celebración de una reunión de la Ejecutiva Federal Permanente del PSOE, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, acusó a los conservadores de un “desnortamiento” que supone el “gran problema político de España” y que ha llevado a un “clima político enrarecido y tóxico”.
Este miércoles, el Congreso de los Diputados debatirá la moción de censura presentada por la ultraderecha de Vox y los populares aún piensan si votar no o abstenerse en una iniciativa política que nadie entiende por el momento en el que se produce y porque los de Abascal no cuentan, ni de cerca, con los números que permitan un cambio de Gobierno. Para Ábalos es una “vergüenza” que Casado aún no haya dicho el sentido del voto de su formación y les ha exigido que “voten No, junto al resto de fuerzas democráticas, para decirle No a la extrema derecha y para decirle SI a la moderación y a una política de grandes acuerdos por la reconstrucción de España”.
Para el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, los de Casado han decidido hacer una “oposición de tierra quemada abusando incluso de las más altas instituciones del Estado, desprecia los consensos básicos en materia de política exterior y lleva dos años boicoteando la renovación de los consejos de Estado, imprescindibles para mantener saneadas las instituciones y la democracia”.
Lo cierto es que el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial durante alrededor de dos años por parte del PP es la gota que ha colmado el vaso de los socialistas que ven cómo el Partido Popular se instala en su típica estrategia de oposición de “cuanto peor mejor”. Tras varios intentos de llegar a un acuerdo, el Gobierno de los jueces (CGPJ) sigue nombrando jueces de salas tan importantes como las del Supremo y eso que están en funciones ya que su mandato de cinco años caducó en 2018. El actual CGPJ es el que se nombró cuando el PP mantenía una holgada mayoría absoluta tras las elecciones de 2011. En aquella ocasión, el PSOE, en la oposición mantuvo su altura de Estado y pactó con los populares la elección de los jueces y juristas como corresponde a un partido de gobierno. Pero, una vez más, los populares se niegan ahora a llegar a acuerdos, en parte, porque no quieren perder el control de esta institución. Como excusa, los de Casado dicen que solo se sentarán con el PSOE y quieren dejar fuera a Unidas Podemos que, con 35 diputados, tendría derecho a entrar en las negociaciones como lo hicieron en el pasado grupos mas minoritarios como el PNV.
Por este motivo, Ábalos dijo ayer que el PP “se atreve a plantear la proscipción política efectiva de un partido democrático que forma parte del Gobierno legítimo para dejar de bloquear el CGPJ”. Además, añadió que “se atreve a sacar pecho del pasado de su partido, llamándolo incluso reparación moral, tras una sentencia condenatoria sobre la corrupción en el PP”, y “secunda, imita y se confunde con un partido de ultraderecha como Vox hasta el punto de que, hoy por hoy, el tono, los mensajes, las actitudes y las iniciativas del PP de Casado y Ayuso son indistinguibles de los del partido de Santiago Abascal”.
Como ejemplo de ello, recordó que hemos visto a “eurodiputados del PP aliarse con los halcones de Europa para que el Fondo de Reconstrucción Europea estuviera condicionado”; a “una eurodiputada del PP arrojar dudas sobre la calidad de la democracia española durante el estado de alarma”; “a cargos del PP alentar la especie de que nuestro país corre el riesgo de convertirse en un Estado fallido y de que el Gobierno quiere destruir el Pacto del 78 y “para ello no han dudado en usar y abusar de la figura de Felipe VI”, o “al Ayuntamiento de Madrid convertido en ariete institucional de Vox en su odio a la memoria democrática de este país con la retirada de las placas en recuerdo de Indalecio Prieto y Largo Caballero”.
Sobre la moción de censura de Vox
Respecto a la moción de censura de Vox que se debate esta semana en el Congreso, Ábalos señaló que esta “no es una moción de censura al uso”, porque “esto no va de exigir responsabilidades al Gobierno ni de mostrar una alternativa a su gestión”. “Es sencillamente un ajuste de cuentas entre la ultraderecha y la derecha”, afirmó.
A su juicio, es una “vergüenza” que Pablo Casado siga sin definir la intención de su voto durante la moción y añadió que “los dilemas de Casado nada tienen que ver con España o con el bien común”. "No es una duda metódica sino patética, la del que ha caído en su propia trampa y no sabe cómo salir de ella”, porque “si de verdad se creyera todas las barbaridades y las insidias que ha proferido contra el Gobierno no tendría más remedio que votar a favor, pero eso sería tanto como reconocer su seguidismo y quitarse definitivamente la careta”.
“La pregunta es si avalará aunque sea con la abstención a quienes enarbolan el discurso del odio o si se atreverá a romper el cordón umbilical que le une a ellos. Dependerá de sus cálculos”, dijo.
Ábalos consideró “una parodia y un drama que el voto del PP en la moción de censura se decida en función del temor a que la ultraderecha le retire su apoyo en las comunidades y ayuntamientos en los que le sirve de báculo”.
Por ello, exigió a Casado que "vote NO a la moción de Vox, que vote junto al resto de fuerzas democráticas para decirle NO a la extrema derecha y para decirle definitivamente SÍ a la moderación y a una política de grandes acuerdos por la reconstrucción de España”.
“El país necesita una derecha moderada inequívocamente comprometida con la democracia y ésta no puede, y menos en medio de una crisis tan grave, permitirse el lujo de que el centroderecha quede a merced de una extrema derecha que nunca debió salir del rincón de la Historia”, concluyó.