Los vicepresidentes no suelen realizar labores destacables en la política estadounidense, pero el contagio de coronavirus del actual presidente, Donald Trump, junto a la tardía edad y las inquietudes sobre la salud de su rival, Joe Biden, han concedido una mayor importancia al debate electoral que se celebrará esta misma noche entre los números dos.
La demócrata Kamala Harris y el vicepresidente republicano Mike Pence se verán las caras a las nueve de la noche, hora del Este de Estados Unidos, en la Universidad de Utah, en Salt Lake City. El debate entre los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos tendrá una duración de 90 minutos y ambos representantes tendrán que colocarse a casi cuatro metros el uno del otro, separados por unas mamparas situadas entre cada uno de ellos y la moderadora, Susan Page.
Para el vicepresidente Mike Pence este es su segundo debate electoral bajo las órdenes de Trump. Mientras que su jefe hace cuatro años apareció como perdedor en todos los debates que realizó, Pence supo imponerse a su rival demócrata. Por su parte, Kamala Harris se encuentra ante su primer debate vicepresidencial, pero ya protagonizó varios como candidata a las primarias demócratas en los que se supo desenvolver de manera memorable.
La puesta en escena del debate no es lo único que llamará la atención esta noche, y es que los estadounidenses se encuentran ansiosos por ver el encuentro entre ambos candidatos a la vicepresidencia, ya que tal y como señala la Constitución, se llevará a cabo la sustitución del presidente por el vicepresidente en caso de fallecimiento o incapacidad. Tras el positivo por coronavirus de Donald Trump, la figura de la presidencia adquiere una mayor importancia. Trump tiene ya 74 años, mientras que su rival Biden tiene 78, por lo que la sociedad estadounidense considera que este sería el último mandato de cualquiera de los dos presidentes, dejando paso en los próximos cuatro años a sus segundos.
Por Juan Antonio Sacaluga
Por ello, tanto Harris como Pence tienen la vista puesta en la Casa Blanca y el debate se convierte en una oportunidad de oro para que ambos demuestren sus capacidades. Pence tendrá que defender los casi cuatro años de la administración republicana llevada a cabo por Trump, además de la gestión del coronavirus, que ha llegado a infectar a 7,4 millones de estadounidenses. De la candidata demócrata, Harris, se espera que “demuestre que puede desafiar el historial del Trump, sin ser demasiado dura ante la enfermedad del mandatario”, según ha señalado The New York Times.
Mientras que el debate de Trump y Biden la semana pasada fue calificado como desastroso, esta vez se espera un debate más civilizado. El tema sobre la raza y el género va a estar presente en gran medida esta noche, donde Harris tiene una posición arriesgada. Hillary Clinton, la ex candidata demócrata a la presidencia, ha querido advertir a Harris del hiriente papel que tomará el sexismo durante el debate. “También debes estar preparada para los desaires, los esfuerzos por disminuirte, personalmente, como mujer que está a punto de ser nuestra próxima vicepresidenta”, ha comentado Clinton a Harris. “Así que creo que habrá muchas maniobras del otro lado para intentar encasillarte”.
A este hecho debe sumarse que Harris no es solo una mujer, sino que además es de color. Es poco probable que la figura de Pence intimide o incluso aborde directamente cualquier tema de género o de raza como lo haría Trump, pero el impacto de la percepción en la audiencia permanece, que se encuentra expectante a lo que pueda suceder esta noche.