La remodelación que, en teoría, Casado hizo para proyectar una imagen más moderada y de alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez, se ha demostrado, unas cuantas semanas después, que era solamente una medida puramente cosmética. Este supuesto giro al centro, como se ve por los últimos acontecimientos observados en la Comunidad de Madrid en relación a la lucha contra la propagación de la Covid19, así como por las últimas declaraciones de Casado y su cohorte de mentirosos compulsivos, es únicamente una maniobra de distracción que deja a las claras el auténtico espíritu nuclear de este PP que está inmerso en los Juzgados por asuntos de corrupción que vienen sucediendo ininterrumpidamente en las últimas dos décadas. Puro tacticismo por parte del PP en el que su joven “pimpollo presidente”, al igual que la “banal Ayuso”, siguen siendo marionetas manejadas a su antojo por el autor intelectual e impulsor del rencor, el bloqueo y la venganza en el Partido Popular, Jose María Aznar, quien se mantuvo en la sombra y al acecho, mientras Rajoy gobernaba, y ahora es el jefe absoluto de Génova,13.
Puede que algunos periodistas nieguen la mayor, pero vuelve a los ruedos el “patético políglota político” que hablaba en un “fluido” tejano con el presidente Bush, mientras defendía sin vergüenza alguna, la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq como excusa para iniciar una guerra en la que hubo centenares de miles de víctimas inocentes. Y todo por salir en una foto entre dos de los hombres más poderosos del mundo, en la época, Bush y Tony Blair. El mismo que mintió descaradamente, otra vez por mero tacticismo electoral, sobre los atentados del 11-M de 2004 en Madrid. Un personaje, que gracias a su engreído arte de “farfullar en varias lenguas”, también afirmaba que “hablaba catalán en la intimidad”, y otra vez, sólo para hacer las mayores concesiones a Cataluña, en materia de cesión de IVA y otras gestiones con el fin de conseguir réditos electorales. Ahí empezó Aznar a alimentar la semilla del independentismo lo que, años después, el partido socialista tiene que solucionar con un diálogo legítimo y reparador que el PP niega como si fuera el anticristo. Cinismo recalcitrante.
Incluso hubiera aprendido a farfullar euskera, para intercambiar con el independentismo violento en el País Vasco un puñado de votos. No me olvido que en 1998, este oscuro personaje, en su espantosa ridiculez por imitar todo lo que venia del extranjero, tratando de adoptar un cosmopolitismo del que carecía, llegó a denominar a ETA como el “movimiento de liberación nacional vasco” a la vez que empezaba a acercar a algunos presos etarras a las cárceles del Pais Vasco. El impulsor de este mismo partido, gobernado ahora por su marioneta, que niega el pan y la sal a cualquier tipo de diálogo con Bildu, cuando además se trata de un partido legítimo y legal que representa a una parte de votantes vascos. Cinismo en estado puro.
Es lo que sucede cuando se carece de los sólidos valores morales, cuando a la ética la compra el dinero, y quien dice dinero, dice poder para repartir el pecunio de las arcas públicas entre empresarios amigos, que después financian ilegalmente a tu partido para que se mantenga artificialmente en el poder. Kitchen, Gürtel, Púnica, Lezo, etc, dan buena cuenta de ello en amplísimos sumarios donde se especifica con todo detalle, esta gigantesca trama de corrupción que tiene su epicentro en ese partido. Parte de cuyos protagonistas, mire usted por donde, estaban todos vestidos de chaqué en la petulante boda de la hija de Aznar con el conseguidor, Agag, en El Escorial en 2002, hace 18 años, en el mes de septiembre. El fasto de más de 1.000 invitados, 90 medios de comunicación, 400 periodistas, 200 coches oficiales todo ello pagado a tutiplen, de las arcas de la Gúrtel, ergo del Estado saqueado por la trama, que se calcula fueron unos 30.0000€. ¿Y entre los ilustres invitados quienes estaban? Pues solo por mencionar algunos, Bárcenas, Rato, Blesa, Camps, Berlusconi, Jaume Matas, Ana Mato, Jesús Sepúlveda, Vargas Llosa, Miguel Boyer con Isabel Preysler, Rita Barberá, Rey Juan Carlos, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Francisco Granados, y un largo ecétera del mundo de los negocios y la jet pringada en ellos.
Si esto fuera la novela de Tom Wolf, La hoguera de las vanidades, Aznar sería el maestro de las villanías. Y a tenor del tiempo transcurrido, el gran villano, pues todos los que le rodean se han visto inmersos en sumarios que su partido, mientras él fue presidente, propició e impulsó, y él ha salido, hasta la fecha salpicado pero sin pruebas condenatorias. Desde hace casi veinte años, en el PP todo han girado en torno a mentiras, mentiras y más mentiras. El aznarismo siempre ha basado históricamente su acción política en la aplicación de los 11 principios de propaganda Joseph Goebbels que se han demostrado efectivos para desinformar y manipular a las masas. Mentiras, bulos, fake news, medias verdades, difamaciones y acusaciones falsas contra el adversario político. Difama que siempre queda algo.
José María Aznar ha conseguido incluso “blanquear” a políticos como Mariano Rajoy, el único presidente español destituido, en una moción de censura, por corrupción (2018). Casi todos los líderes del PP, al menos los de la primera fila, han resultado involucrados, muchos por acción, otros, como el actual Casado, por omisión. Pero todos conocían la financiación ilegal, y la mayoría recibía sobres en negro de la misma. Afirmo, sin que me tiemble el pulso, que el PP, supuestamente, es una organización que desde su fundación se dedicó a defender los intereses particulares de unas ciertas élites socio-económicas post franquistas. Y aquella boda fue una excelente fotografía de lo que que aquí decimos. La corrupción es lo que marca la diferencia entre un verdadero partido político creado para buscar el interés general aplicando una serie de normas según una determinada ideología, o una organización delictiva que solo busca el enriquecimiento de sus miembros y de los lobbies que defiende.
Las mafias históricamente se expanden en el tejido social para intentar controlar todos los centros de poder posibles. Desde conseguir someter los medios de comunicación, hasta los órganos que gestionan el Poder Judicial. Sin olvidarse de todos los entramados de corrupción económica y financiera que tejen para controlar, a la vez que para extorsionan, al sector empresarial, para lucrarse y financiarse. ¿Os suenan de algo las caras principales de la boda de El Escorial?
También el control del Consejo General del Poder Judicial, que no se renueva desde hace ahora siete años, y llevan dos años en funciones, nos deja entreveer por qué, el PP no quiere que se cambien los jueces que mayoritariamente fueron elegidos por ellos cuando Rajoy tenía mayoría absoluta. Porque de aquellos polvos, de fasto y corrupción, aún quedan muchos lodos, barrizales diría, que juzgar. Así también se entiende que, por ejemplo la presidenta de Madrid, Díaz Ayuso, ostente comportamientos tan agresivos con respecto al Gobierno del Estado, y le recurra sus decisiones en lo referente a la pandemia y el freno del Covid19, que tiene a Madrid como referente en record negro de infectados en toda Europa.
Quizá, siguiendo la evolución de esta crónica, llegamos a entender mejor, por qué para ellos un negocio vale más que la vida de los españoles, en este caso de los madrileños. O lleguemos a entender cómo se pregunta Ayuso que si vale la pena confinar al cien por cien para salvar al uno por ciento. Teniendo en cuenta que el uno por ciento de seis millones de madrileños, son sesenta mil vidas humanas… ¿Quien haría semejante monstruosa pregunta?. Que ponga su vida y la de los suyos en ese saco y a ver qué le parece.
Pero el quid de la cuestión que muchos madrileños, desesperados. no alcanzan a entender, es que para ellos, la política es solo una herramienta más para conseguir sus objetivos personales de poder y riqueza. Y el pueblo cauto, sereno y decente, pensamos, al contrario que la política es el noble proceso de tomar decisiones que se aplican a todos los miembros de una comunidad humana para intentar un beneficio común, y desde luego, la vida humana y la salud, son el principal, no el beneficio de las élites con las que se retroalimentan ellos, por eso, España necesita urgentemente regenerar los partidos de la derecha ideológica.
La transición en España después de 42 años, parece ser que aún no ha acabado, las derechas españolas siguen sin estar a la altura. Aznar que nos mintió, nos llevó a una guerra inútil, sembró la semilla de la corrupción de un partido que hoy se debate en docenas de juicios por corrupción... El jefe ha vuelto a soplar al oído a políticos mediocres sin ética. España necesita que el PP se renueve de arriba a abajo.