La Agencia de Noticias Nacional (NNA) libanesa reportó ayer 3 de septiembre por la tarde que habían sido encontrados signos de vida humana entre los restos de la explosión provocada en Beirut el 4 de agosto.
Un equipo de rescate chileno fue el responsable del descubrimiento, cuando un perro descubrió rastros olfativos. Más adelante, un equipo de sonido confirmó la escucha de un latido, con entre 18 y 19 pulsaciones por minuto.
Los restos del edificio en los que se ha encontrado indicios de vida se encuentra en la zona de Mar Mikhael, una de las más afectadas por la explosión que tuvo lugar el 4 de agosto, y causó 6.000 heridos y 190 muertes. Previamente al desastre, el barrio era conocido por su vida nocturna.
Después de varias horas de búsqueda, la operación tuvo que ser detenida por riesgo de colapso de la estructura del edificio. Cierta maquinaria pesada era necesaria para realizar el rescate con éxito, pero no pudo ser llevada hasta esta mañana. De acuerdo a la BBC, los trabajos continuaron por la noche organizados por voluntarios locales, que, además, han proporcionado de manera privada la maquinaria necesaria, después de haber tenido lugar una breve protesta de cerca de 100 personas. El perro responsable del descubrimiento ha regresado al lugar junto con el equipo, y ha emitido las mismas señales que el día anterior.
Los trabajadores han sido organizados en grupos de 7 para retirar los restos pieza a pieza. Ocasionalmente instan a unos 200 espectadores de la escena que guarden silencio para poder escuchar las señales auditivas detectadas por el equipo.
En la escena también es posible encontrar a la Cruz Roja, miembros del ejército y de los bomberos, y los mencionados voluntarios.
Bajo demanda del Gobierno libanés, expertos franceses, así como el FBI forman parte de la investigación acerca de la explosión, aunque sus descubrimientos no se han hecho públicos todavía.